Mi laptop

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NOMBRE: Byun Baekhyun

SEXO: Masculino

EDAD: 23 años

LUGAR DE NACIMIENTO: Corea del Sur

ACTUAL DE RESIDENCIA: Corea del Sur

OCUPACIÓN: Editor

ESTADO CIVIL: Soltero

ESPECIE: Híbrido

- Y... enviar - clikeé el botón de esta opción, sonriendo al ver que se había ejecutado

Dejé mi laptop a un costado, yendo a la cocina por un aperitivo, volví casi al instante.

Ya no tenía nada que hacer, los documentos que tenía que editar estaban listos y enviados.

Tamborilee mis dedos en el teclado del aparato.

* Ahora si estoy aburrido...*

Apagué mi portátil, fui a ver la televisión, nada interesante.

Siempre llegaba un punto en el mes que pasaba esto, ya no había nada que hacer. Eso quería decir que...

Mi teléfono sonó.

- Byun Baekhyun - respondí - ¿junta de personal? - aguanté un gruñido - Claro, ¿A qué hora? - asentí - Estaré ahí

Colgué.

Era así , no podía evitarlo, tenía que salir a la luz de vez en cuando.

- La junta es el Miércoles, eso me da dos días; hasta entonces... - pensé

***

Los siguientes días pasaron rápidos, de todos modos estar encerrado en mi departamento no era muy interesante, por lo cual el tiempo se pasó rápido.

Ni bien la hora se acercaba yo ya estaba duchado y limpio, mi ropa esperaba en mi recámara.

Llegue hasta esta, con una toalla envolviendo mi cadera y otra en mi cabeza.

Me senté al borde de la cama, cambiándome poco a poco.

Sequé mi cola, cabello y orejas.

Casi estaba listo, solo faltaban los últimos detalles de mi atuendo.

Cogí una gorra y un saco, caminando hasta el espejo de cuerpo entero de mi habitación.

Cuidadosamente acomodé mis orejas dentro del gorro de tela, y oculté mi cola dentro del abrigo, ya estaba listo. Tomé las llaves de mi apartamento, mi mochila y salí.

Al salir el frío predominaba, frote mis manos y caminé.

La calle había cambiado un poco desde la última vez en que la vi. La tienda de ropa en la esquina ahora era una de libros, el puesto de caramelos de la Sra.Lee ya no estaba y las rosas plantadas en el pequeño jardín de la casa de una pareja de casados ahora estaban marchita.

Caminé hasta mi trabajo, de vez en cuanto me gustaba ver mi entorno.

Llegué.

- Buenos días - me saludó un colega, salte del susto

- B-b-buenos días - susurré


Rápidamente llegué a la sala de conferencias, donde algunas personas ya habían llegado.

Me senté en uno de los asientos del fondo, evitando cualquier contacto visual con alguna persona.

La reunión paso rápida, la presentación de los nuevos colegas, unas palabras de los mejores empleados y por últimos indicaciones y mensajes de aliento.

¿Híbrido? No está tan malWhere stories live. Discover now