𝔢𝔫 𝔢𝔩 𝔟𝔬𝔯𝔡𝔢: 𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢 𝔡𝔬𝔰

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UN HÉROE ES DE TODOS LOS TAMAÑOS

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DOS SEMANAS DESPUÉS

Los días en la academia eran más aburridos sin Leo... y honestamente, mucho más estresantes. Leo resolvía los problemas de los demás y los alegraba con sus bromas o simplemente con su presencia. ¿Ahora? Había solamente aburrimiento. De esos que quieres golpear tu cabeza contra la pared.

Espiral lo extrañaba. Brady, que protegía su salud mental, seguía fingiendo que no conocía a ninguna persona llamado Leo y los problemas ocasionados por el dúo dinámico que generalmente resolvía se complicaron. Ni mencionar de todas las noches seguidas que la parejita tuvo que meterse a la cápsula de Adam a cantarle una canción de cuna.

Seguían procesandolo. ¿En serio Leo le cantaba hasta que se durmiera? Adam era peor que un bebé de 4 meses.

—Se siente extraño no tenerte aquí, Leo— le confesó Bree al chico en la pantalla de la habitación de mentores en su video llamada —Todos te echamos de menos— la melancolía se escuchó en su voz.

—Ya son 15 días, ¿cuándo vas a volver?— preguntó Chase esperando una respuesta positiva de su parte.

Esta era la cosa. Adam era fuerza, siempre actuando por impulso, Bree velocidad, amante de la adrenalina, Chris agilidad, destrucción, y Chase inteligencia, egocentrismo, Leo era la balanza que los mantenía estables.

Lo lamento, chicos, cuando dije adiós fue en serio. Ya colgué mi traje de misión para siempre— lo dijo una vez antes de marcharse. Renunció a la vida biónica.

—¿Me lo obsequias?— le preguntó Adam ganando provecho de su renuncia —Hay un chico en Japón dispuesto a pagar mucho dinero— sonrió tiernamente.

—Espero no te importe— habló Chris, siendo la de la idea inicial —Queremos ser millonarios vendiendo cosas que no nos pertenecen— podía oler los billetes.

Leo frunció el ceño viendo al dúo chocar los puños y hacer un gesto con sus dedos refiriéndose a los billetes en dólares.

—¿No quieres cambiar de opinión?— le preguntó Chase con una sonrisa de lado por las tonterías de su hermano y prometida.

Lo siento, chicos, me quedo aquí— decisión definitiva Tengo que irme, mamá tiene un club de lectura y estoy a cargo del postre. Mis esferas de láser caramelizan perfecto la crème brûlée.

El postre llamó la atención de Adam. —Uh, suena de lujo. ¿Tengo...— el timbre de voz traicionó su vacilación —... ¿que leer un libro para asistir a eso?— fue difícil pronunciar la palabra.

MY WORLD | chase davenportOnde histórias criam vida. Descubra agora