Ligadas Por La Sangre Y La Luna

08 Negación

Merlina Addams

—¿Que le paso a Enid?—

La voz de Olive llego a mi cabeza, camine delante de ellas que por alguna razón empezaron a seguirme a la biblioteca. —¿Que no iban a cenar?— pregunte entre dientes, habían interrumpido lo que pudo haber pasado entre Enid y Yo.

Y por una razón estaba furiosa por eso, no es como si lo estuviera disfrutando o algo por el estilo, pero estaba enfada de que hayan entrado sin permiso a la habitación. No se que le esta pasando ahora a Enid pero ella se veía realmente preocupada y lo que aprendí de ella en los últimos meses es lo sensible que es y como debo hacer un intento por entenderla.

Ella se lo merece y lo ha ganado.

Pero esas orejas, esa cola peluda la hacían ver realmente tierna y adorable, contrastaba perfectamente con los filosos colmillos que habían crecido así como con sus garras que fueron capaces de hacer pequeños cortes en mi ropa con tan solo presionar un poco. Esa mano firme y grande en mi cadera me hizo sentir cosas extrañas en mi interior, quería vomitar por alguna extraña sensación en mi vientre, pero a la vez deseaba mucho más.

—Nos importa Enid, ¿Y si eso es algo malo para ella?— olvide por completo a las dos chicas que me seguían, doblamos a la derecha a un pasillo de llegar a la biblioteca. Me detuve abruptamente y me di la vuelta. —¿Porque les importa si recién la conocen?— algo en mi voz sono más frió de lo que intentaba, ellas me vieron frunciendo el ceño y contesto Emma. —Porque Enid es el ser más amable que alguna vez hayamos conocido.— asentí.

—Concuerdo.— seguía molesta pero eso es algo que no se puede negar, Enid es como el maldito sol. Brilla con el fin de iluminar mi vida, calentó el hielo en el que guarde mi corazón y se asegura cada día que pasa en adentrarse más en mi interior, no importa las veces que la detuve, ella siguió entrando.

Y agradezco eso, se volvió esa amiga que jamás creí tener. Ella jamas busco cambiarme o detenerme, por el contrario, ella me ha apoyado aun cuando eso significaba poner su vida en riesgo. Un escalofrió me recorrió al recordar cuando la vi por primera vez enlobada. Ver como me salvo de Tyler y que a pesar de estar sola ella no dudo en defenderme.

Llegamos a la biblioteca y nos detuvimos en la recepción para hacer más fácil la búsqueda, la profesora nos indico que era la esquina noroeste en donde estaba todo lo relacionado a Licantropos.

—Muy bien, busquen cualquier cosa sobre la primera vez en que se enloba un lobo o sobre la luna de sangre.— ellas asintieron y empezaron a buscar libro por libro. Me aleje un poco y tome un libro que decía Oberstes Alpha. —Merlina, este libro habla sobre la luna de sangre y las transformaciones de los cachorros.— me interrumpió Olive, tome el libro de la estantería y me acerque a ella.

—¿Pero porque la luna de sangre es relevante?— pregunto Emma mientras revisaba otro libro. Tome el libro de las manos de Olive y respondí. —Porque fue la primera vez en que se transformo Enid.— supongo que los nuevos no sabían todo lo que paso. Cuando levante la mirada Emma me veía con una emoción que no logre descifrar, levante la ceja en señal de interrogación y ella me tendió el libro cerrado.

—Creo que este también podría ser de utilidad, es sobre las posibles razones para las transformaciones de los cachorros.— lo mire con detenimiento y asentí en su dirección como una forma de agradecimiento.

Cuando sonó una campana recordé que ya no tardaban en cerrar la cafetería. —Vamos por comida, debo llevarle a Enid también.— ellas asintieron. La recepcionista nos tardo 15 minutos exactos mientras registraba los libros que saldrían de la biblioteca y me dijo que tenia dos semanas para traerlos de regreso. En el camino hablamos de diversas cosas.

—Entonces Merlina, ¿Cual es tu peculiaridad?— Emma pregunto acelerando su paso para igualarme, me sigo preguntando porque dicen "peculiaridad" cuando se trata de las cosas que nos hacen diferentes a los normis pero decidí ignorarlo por ahora. —Tengo visiones del pasado y del futuro, cosas que pasaron o podrían pasar.— ellas exclamaron sorprendidas. —Suceden de la nada, en cualquier momento o circunstancia.—

—Ya veo, jamás habría imaginado que podrían existir personas con diferencias tan notables.— dijo avergonzada Emma, la mire de reojo y ella volteo hacia otro lado mientras se acomodaba el pelo. —Es solo que parece un sueño creer que existen hombre lobos y vampiros.—

—Ya lo has visto, no es un sueño.- ella se rió entre dientes y decidí preguntar. —¿Y a ustedes que las hace diferentes?— quería saber más sobre ellos, de donde vienen, lo que es un bucle y porque terminaron aquí. —Supongo que tiene algo que ver con esos zapatos de plomo que portas así como los guantes que tu tienes Olive, ¿O me equivoco?— tenia una buena idea de lo que podría tratar pero quería estar segura.

—Yo soy tan liviana como una pluma, sin mis zapatos puedo terminar flotando sin parar, aparte de que puedo controlar el aire a mi alrededor. Y Olive incendia todo lo que sus manos tocan.— asentí hacia ellas. —Muy interesante, si no les molesta me gustaría ver como funciona.— ellas sonrieron de acuerdo antes de exclamar. —Por supuesto, solo si tu nos dices que le pasa a Enid.— apreté los dientes.

Una parte de mi deseaba que la vista de Enid de esa manera fuera solo para mi. —De acuerdo, pero solo con la autorización de Sinclair.— después de eso hablamos de algunas otras cosas antes de llegar a la cafetería.

En un plato serví comida para Enid, mucha carne porque algo me decía que le hará bien. Mientras que en la otra me servia una porción. Al ver que no podía con todo Olive me ayudo cargando dos libros mientras Emma tomaba el otro, así yo solo tomaba los dos platos de comida.

—¿No se quedaran para cenar con sus amigos?— pregunte mientras íbamos de regreso. —No, ya es tarde, mejor comemos en nuestra habitación y terminamos de arreglar nuestras cosas.—asentí a lo dicho por Olive y seguimos caminando con charlas ocasionales.

Al llegar a nuestras habitaciones entre dejando los platos de comida sobre la mesa de Enid mientras tomaba los libros y los acomodaba sobre mi escritorio. Enid no se veía por ningún lado por lo que supuse que estaba en el baño. —Gracias por la ayuda, se que a Sinclair le alegrara saber que se preocupan por ella.— ellas asintieron con una sonrisa para luego despedirse.

—Buenas noches Merlina, saluda a Enid de nuestra parte por favor, que descansen.— después de eso cerré la puerta y me dirigí al baño, estaba cerrado así que toque suavemente. —¿Enid?—

Al no recibir respuestas volví a tocar, después de unos minutos sin escuchar nada una extraña sensación se apodero de mi interior, era preocupación y miedo, lo se bien. Fue lo mismo que sentí cuando Tyler me ataco o cuando vi a Enid ensangrentada.

—Voy a entrar Sinclair.— grite antes de girar la perilla.

La imagen frente a mis ojos acelero mi corazón, me apresure hacia la chica que estaba tirada en el suelo del baño. —¡ENID!— acerque mi oreja a su pecho, su respiración era ligera, estaba apretando con fuerza la mandíbula y se mantenía hecha ovillo. —¡ENID! ¿Que pasa?— estaba por entrar en pánico, y Merlina Addams nunca entra en pánico.

—No... no quiero...— apenas pudo pronunciar eso antes de quejarse de nueva cuenta, le costaba respirar y de tanto que apretaba los dientes su boca estaba sangrando. El olor a metal inundo mi nariz y enseguida lo odie, no quiero ver nuevo a Enid ensangrentada o sufriendo nunca más. —¿Que no quieres Enid? ¿Que te sucede?— ella abrió un poco los ojos y el brillo en ellos era de dolor y miedo.

—No quiero... ser alpha...— un nuevo ataque la golpeo y se retorció aun más, ¿Que hago?

Vi su cuello y note el collar, su cuerpo ya había aceptado la transformación pero ella se negaba, y luego me dice terca a mi. Cuando estaba por quitarle el collar ella me detuvo, sus garras clavándose ligeramente en mi muñeca.

—No quiero...—

—No seas idiota, Enid. Por favor... no quiero verte así.— no se en que momento empece apretar los dientes yo también, una parte dentro de mi estaba sufriendo por verla de esa manera. Me miro entre cerrando los ojos durante largos minutos. —Estarás bien Enid, lo prometo, yo estaré aquí.— ella trago con fuerza antes de retorcerse con más fuerza y soltar mi mano.

—¿Lo prometes?—

—Tu lo has dicho, nos complementamos bien. Confía en mi.—