Amantes [Omegaverse] [PAUSADA]

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Estaban otro día más en el colegio, Merlina se había enfermado.

Por lo cual Enid faltaba a algunas clases para ver el estado de la azabache.

Enid revisaba la temperatura de la contraria, para saber si su temperatura había bajado ya que antes estaba en treinta y nueve.

Casi cuarenta, miro el artefacto y noto que estaba en treinta y ocho, aunque si bajo igualmente era alarmante según la rubia.

—Aun sigues mal—dice Enid.

—Debes ir a tu clase—dice Merlina.

—¿Que?, ¿Y dejarte acá sola?, No, además le diré a una de mis compañeras que me pase lo que hicieron—dice Enid con seguridad y confianza.

Merlina se limito a soltar un leve suspiro.

Aunque no lo admita, amaba que aquella rubia se preocupe por ella.

—Ve a tus clases, no puedes estar faltando—insiste Merlina.

—Ya dije que no, debo estar acá para cuidarte, ¿Y si te empeoras?, Si eso pasa debo estar acá para ayudarte—dice Enid negándose a ir a sus clases.

—Si que eres necia—dice Merlina.

—Sere necia pero aún así estaré acá para cuidarte—dice Enid, mira su celular notando que ya eran las 12:30—Te toca tomar tus pastillas—.

—Okey—dice Merlina.

Enid saca las pastillas el cual le recetó el doctor a la azabache, le dio las pastillas a Merlina quien se tomó las tres pastillas en una sola, para luego tomar un poco de agua.

—Listo—dice Merlina.

—Bien Lin, debes descansar un poco más, para que recuperes energía—dice Enid.

—Aun no quiero descansar debo que escribir mi nove-—fue interrumpida por un corto beso que le dio la rubia en sus labios.

—Descansa, mientras iré a mi clase de matemáticas—dice Enid con una sonrisa.

Merlina duspira y solo dice “Okey, descansaré”.

Enid sale del cuarto, con su corazón latiendo a mil por segundo, si había besado a una Addams, si, si, ella y la azabache se besaron antes pero por lo que la rubia dice es que fue la primera vez que ella empezó el beso y no la azabache.

¿Estaba bien lo que hacían?, ¿Era lo correcto?, Pensaba pero sus preguntas fueron detenidas por el sonar del timbre.

Haciéndole saber que debía que ir donde su clase de matemáticas.

Merlina aún estaba pensando en aquel beso que le dio aquella rubia, no entendía sus sentimientos.

Aquella rubia se había apoderado de su mente y corazón. No podía pasar un segundo sin olvidarla.