La mano de Teresa me da un ligero apretón más fuerte, y me siento incómodo de pronto. No entiendo porqué hace esas cosas desde que nos juntamos con los chicos, que su humor cambié tan de pronto me inquieta... y hace también que me sienta culpable. Aparto su mano con suavidad mientras escucho como Heather comienza a hablar.

—La verdad es que no sé que sentir... Estoy emocionada, y aterrada al mismo tiempo, ¿sabéis? Y no tengo idea de lo primero que les voy a decir, dios... —Ethan comparte su sonrisa, y la chica le mira con emoción contenida. Es obvio lo que hay entre los dos, quizás no está confirmado del todo, pero... Es obvio, sin duda.

—Me alegro mucho de que ambos tengáis la oportunidad, de verdad..., Esto es algo con lo que sueña, así que aprovechad a decirles todo lo que os guardáis dentro y, bueno, disfrutad con ello. Por vosotros, chicos. —Newt alza su taza, y veo en su rostro una mirada llena de orgullo. Sin dudarlo, le secundo.

Ellos se ríen gustosos, y Brenda y Teresa —a pesar de qué aun me mira un poco mal—, nos siguen después y las alzamos en el aire. Antes de que lleguen Janson y de los demás, puedo asegurar de corazón que este es un momento que voy a atesorar con fuerza. Las risas que pasamos juntos, la sensación de comodidad, todo... Es algo que siempre soñé con tener en mi Distrito, y ahora esa época de soledad ha desaparecido de pronto. Los observo a todos, con sus emociones claras, y una sensación cálida me embarga el pecho. Quizás, me digo, esta puede ser mi nueva familia. El estilista de Newt entra en la sala, y mientras tratamos de aminorar nuestra alegría, nos vamos alistando para seguir la rutina de los últimos días.

Esta vez me he puesto algo sencillo, una camisa oscura y unos vaqueros de tonos marrones, porque quiero que nuestros dos amigos del 4 destaquen sobre todo. Al salir, apoyado en la puerta me encuentro con Haymitch, y me muestro confundido. De todas las personas que pueden visitarme, esperaba a cualquiera menos a él.

Lleva un chaleco gris y unos vaqueros elegantes, aunque en sus manos hay una botella de vodka. Me mira de arriba a abajo, mientras cierro la puerta con lentitud.

—¿Qué ocurre, Haymitch? ¿Pasa algo? —La remueve en sus manos, y tras un trago, suelta un suspiro largo y tendido.

—Verás, chico... Ya que no puedo hacerlo yo, quiero que hables con Newt.

Aquello me toma por sorpresa, y me cruzo de brazos. No me gusta por dónde va este tema.

—¿Por qué deberías hacerlo? Mira, Haymitch, no quiero meterme en cosas que me pueden ocasionar problemas. Si tienes un tema que hablar con él, deberías dejarte el orgullo en otro lado y sincerarte. —Niega ante mis palabras, y por supuesto que me temía que reaccionase de aquella forma. Aun así, comienzo a andar y este no tarda en seguirme por detrás.

—Thomas, no quiero traeros problemas a los dos, de verdad. Solo quiero que le adviertas, algo está sucediendo aquí. No sé que es, pero anoche me colé en los vagones principales. —De inmediato lo agarro de los hombros, sin creerme la estupidez que ha hecho.

—¿De qué estás hablando? ¿De la rebelión que mencionaste el otro día?

Este suelta rápidamente, murmurando que casi consigo regarle la vida. Me dan ganas de subir los ojos al cielo, pero no tarda en responderme.

—Incluso en los primeros distritos hay gente que le apoya, que se rebelan contra el Capitolio, por eso quiero advertirle. Los Vigilantes se están poniendo nerviosos, y por eso quiero que se mantenga ojo a visor. Por favor, Thomas, hazlo por mí, por todos. Porque si él cae...

—Caeremos todos también —termino, aclarando lo que es obvio desde hace rato.

Coloco una de mis manos debajo de mi barbilla, y mordiéndome el interior de la boca, le sacudo el hombre diciendo en bajo que haría lo que pueda. Después de eso, continuo mi camino hasta el vagón de entrada, repasando mentalmente todo lo dicho por el mentor de mi amigo. ¿Habría una rebelión en mi distrito también? No quería ni imaginarlo; la gente de mi hogar no es propensa a la violencia, pero recuerdo las muchas veces que mi madre se enfrentaba a loa guardias por tonterías que hacía y porque quería castigarme. Sacudiendo mi cabeza, me encuentro nada más se abren las puertas, con el chico rubio que se acerca corriendo hacia mí. Me palmea uno de los hombros, y siento que todos mis problemas se van con esa sonrisa traviesa que surca sus labios.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas ( au ) [✓]Onde histórias criam vida. Descubra agora