Clark Kent esta iniciando su carrera como héroe, busca proteger y salvar al mundo y sus habitantes, pero el mundo es cruel y tendrá que verlo con sus propios ojos.
No estoy de acuerdo en que el destino está escrito, de lo que, si estoy seguro, es que las decisiones que tomemos y las acciones que en nuestra vida ejecutemos, nos llevaran a un punto.
A un punto en conjunto con diferentes personas, que en el camino de la vida que hayamos recorrido, nos hayan acompañado, o nosotros a ellos, sean antagonistas o no de nuestra historia o nosotros de las suyas.
Ya sea bueno o malo lo que nos depara, lo debemos aceptar, lo tenemos que enfrentar con valentía, sin jamás rendirse, porque si no es así, ¿qué sentido tiene recorrer el sendero de la vida y sufrir los sacrificios que se tomaron atreves de ella?
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CAPITULO II
La noche llega a Metrópolis, sin embargo, no parece que la ciudad descanse, con las luces de los edificios y lámparas en las calles que iluminan cada avenida y esquina de la ciudad, esta se mantiene despierta y por lo tanto activa, pero a la vez tranquila de problemas. Las personas pueden pasear por las banquetas sin temor a que algún sujeto los intente asaltar, después de todo, Superman esta para protegerlos.
En el edificio Lex Corp, Luthor se encuentra sentado en una de las bancas del mini bar en su Roof-Garden de su Pent-House en la cima del edificio.
Lex mira el reloj de pared que esta frente a él, mientras bebe de su vaso de cristal un poco de vodka.
Al asentar su vaso, se pregunta si Superman llegara, pues ya son las nueve con veinticuatro minutos.
—No llegara Señor Luthor. —Menciona una mujer que se encuentra en una esquina del mini bar entre sombras.
En ese momento se escucha como si alguien hubiera golpeado al viento con gran fuerza, llamando la atención de Luthor, haciendo que él y la mujer a la que previamente llamo Mercy, miraran al cielo, pero lo único que podían observar eran las brillantes y tintineantes estrellas con una la luna llena que ofrecía la noche.
Entonces de entre las estrellas parecía que un hombre bajaba con tranquilidad, la luz de la luna hacía imposible identificar quien o que era. De repente Luthor exclama.
—¡Superman! Eres tú.
La mujer llamada Mercy solo contempla con asombro al hombre que baja del cielo volando y la sonrisa tan amigable que lleva en su cara.
—Lo siento, se me hizo tarde, no contemple las diligencias que me saldrían de pronto. —Menciona Clark con un tono alegre.
—¿Qué diligencias podrías tener que superen tus habilidades sobre humanas Superman? ¿Un gatito en un árbol que no se quería bajar? —Exclama Luthor con gracia.
