Capítulo 10

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A Walker no le fue para nada difícil apoderarse de aquel cacharro viejo y abandonar la aldea sin ser notada junto a su "seguro de vida", quien sin protestar la había ayudado a cometer el robo; la doctora tenía sus obvios motivos para cooperar, le urgía salir de ese lugar ya que, de ser vista, aquellos sujetos con cara de pocos amigos la reconocerían y ese sería de seguro su fin. Para sorpresa y alegría de Leia, el vehículo; no obstante sus evidentes años de existencia y su demacrado estado, se estaba comportando bastante bien y ya llevaba un buen tramo de camino sin causar ningún tipo de problema; aunque de vez en cuando el motor emitía un extraño ruido.

A su lado, Rose no hacía más que mirar hacia la vía empedrada, absorta en sus cavilaciones. Pensaba en que le quedaban solo algunos kilómetros para acabar de una maldita vez con toda aquella locura, sí, los últimos días habían sido descabellados, por decir lo menos. Una vez arribadas a destinación, en donde sea que fuera, el calvario terminaría finalmente, Walker desaparecería para siempre y ella retomaría de nuevo el control de su vida.

El punto al que debían llegar y en donde "un colega" enviaría por Walker justo en veinticuatro horas, se hallaba cruzando la siguiente aldea, a varias horas de camino y en medio del desierto.

―Casi te libras de mí, Doc. ―bromeó Leia llamando la atención de una Rose aparentemente distraída y con la vista perdida en el camino.

―No veo la hora ciertamente, es un suplicio aguantarte.

Walker rio. ―Cualquiera diría que te he maltratado, mujer... si hasta te salvé de ser comida por esos caníbales que te "re-secuestraron".

―Lo que más te convenía.

―No seas tan dramática... mañana a esta hora, te dejaré libre para que te encuentren tus "compañeros"; y yo desapareceré para siempre ―la miró por un instante―. ¿O acaso te quieres escapar conmigo, Doc.? ―le guiñó un ojo y se rio al ver la expresión de la otra.

Miranda no respondió como era de esperase, solo le dirigió una mala mirada y volvió a restarle atención para regresar su vista al camino por delante. ¿Por qué se sentía tan extraño saber que dentro de poco terminaría su secuestro? No tenía explicación lógica para entender qué rayos estaba sucediendo con ella, tal vez su adormecido espíritu aventurero avivado como el fuego con aquel suceso, se estaba quejando por saber que muy pronto regresaría a la monotonía de su vida sin sabor; pero eso jamás lo confesaría ante la engreída de Walker.

 ¿Por qué se sentía tan extraño saber que dentro de poco terminaría su secuestro? No tenía explicación lógica para entender qué rayos estaba sucediendo con ella, tal vez su adormecido espíritu aventurero avivado como el fuego con aquel suceso, se ...

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Lo primero que hicieron al llegar a la siguiente y última aldea en su recorrido, fue conseguir algo de comida. Llevaban más de veinticuatro horas sosteniéndose con agua y ya el estómago empezaba a quejarse. Otro de los "intercambios" de Leia les había provisto de algunos panecillos y una extraña bebida hecha a base de raíces muy famosa en la región que; aunque para ellas supiera horrible, en ese momento fue de gran utilidad.

Ya había amanecido y restaban apenas un par de horas para que culminaran tantas peripecias. Walker fumaba un cigarrillo y Rose descansaba en el asiento del vehículo, cuando de repente algo llamó la atención de la primera.

PROHIBIDO ENAMORARSE (Disponible por completo en Amazon) Where stories live. Discover now