13 de Mayo

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Ya ha pasado una semana y no he visto a mi madre, ella no vendrá a rescatarme.

He conocido a un chico, él está acá hace dos meses y tampoco ha visto a su familia desde que ha ingresado.

La adicción a las drogas hizo que esté acá, aún no sabe cuando se irá pero también él como yo detesta este sitio.

En este lugar no hay ni un solo motivo para vivir, sin libertad no eres nada, y acá estoy presa de mi propios actos.

Ya no he visto gotas de sangre en el lavabo o en el piso, ya no he sentido el dolor físico y ya no me siento viva, el dolor del alma me está consumiendo y cada vez estoy más muerta en vida.

Hace dos días conocí a mi compañera de cuarto, no es nueva como yo, ella ya tiene dos semanas en este lugar y está ingresada por el mismo motivo que yo. Nunca había conocido a alguien que se autolesione. Por lo menos alguien me entiende y no cree que estoy loca.

Ella es amable, tiene 17 como yo, creo que tendremos una buena amistad hasta que a ella o a mi nos den de alta, pero para eso falta mucho.

Estar acá es bonito y feo, acá cada uno vive en su mundo y no hay nadie que los moleste, pero estamos encerrados, antes solía salir de mi casa e ir a los parques ya que siempre me ha gustado la naturaleza, siento que ella es la única que me entiende y es muy duro no poder disfrutarla, hace una semana que no he visto el cielo o he sentido la lluvia, esta cárcel me está matando. Mamá nunca vendrá por mi.

Todas las noches lloro, ya no me importa que mi compañera escuche, ella no me dice nada, lo mismo hago yo cuando la escucho llorar, ¿cómo no hacerlo? este lugar es para locos y nosotras no lo somos, solo tenemos problemas como todos los demás, solo que tenemos una manera diferente de llevarlos y eso es lo que la gente no suele entender y nunca lo harán, nadie podrá entender el dolor ajeno, nadie.

La soledad me sigue como una sombra, los motivos de mis sonrisas se han acabado, él se los ha llevado. Ya va a ser medio mes de que no sé nada de él desde la última vez que nos vimos, creo que no le importo, no me ha buscado ni me ha mandado un mensaje, yo sé que no lo hará y también sé que no me ama ni me ha amado y yo ya lo estoy olvidando por que es lo mejor.

Sus palabras aún duelen, cada vez que las recuerdo son como alfileres directo a mi corazón. Él no sabe cuanto daño pueden causar unas simples palabras, en realidad nadie de los que me rodean lo sabe.

Tengo el corazón roto y el alma agonizando, hay cosas que las pastillas nunca podrán curar.

Un Diario Lleno De Heridas y Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora