Un Diario Lleno De Heridas y Cicatrices.

15 de Abril

Me asomé a la ventana y me pareció verte flotando en el aire, esto me está enfermando, el no poder verte, tocarte, acariciarte y sentirte me está matando, el saber que estamos tan cerca y la vez tan lejos es la peor tortura que he sentido.

Pequeñas conversaciones pasan por mi mente, tu voz me invade.

- Ten cuidado mi Amor, no quiero que te pase nada malo.

- Descuida puedo cuidarme sola.

- No puedes, acá estoy yo, tu guardián de toda la vida.

- Eres mi luz, te quiero.

- Te quiero mucho más de lo que imaginas.

Su sonrisa es tan perfecta, la recuerdo tanto, aún cuando no suele sonreír mucho, el pequeño hoyuelo que solo se le forma en un lado de la mejilla, es lindo, solo porque es de él, es hermoso. 

Era tan perfecto cuando estábamos juntos, a pesar de las pocas veces de las que nos vimos, cada una de ellas fue inolvidable. Ahora solo me quedan hermosos recuerdos.

La vida no es nada sin amor, sin eso es como estar muerto en vida y mejor es pegarse un tiro, pero... nuestro amor sigue... aún no se apaga la llama... pero estamos tan separados que estoy agonizando en este mundo asqueroso y repugnante.

Hoy discutí una vez más con mamá, ella no me entiende, ella no sabe lo miserable que me siento cada día, tengo suficiente con eso para que mamá llegue y me trate como una mierda, a pesar de eso, hay algo en mi que me hace quererla, a pesar de todo la valoro mucho.

El cielo hoy se nubló de rojo y las nubes lloran sangre, el cielo sabe, sabe de dolor, el único que me entiende, el cielo llora conmigo.

Pero hoy no pude, todo estaba tan acumulado que exploté, la sangre brotó y recorrió el camino de mis venas...

Una gota...

Dos gotas...

Tres gotas...

Al al final... Un charco de sangre y lagrimas se formó en el piso, el dolor resonó en las paredes de mi habitación, me ahogué en la culpa y cada mal recuerdo.

Los días de soledad siguen, un día más sin ti.