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Sunoo escupió el jugo de naranja que estaba tomando para después comenzar a toser escandalosamente. Un sonrojado Jake le daba palmaditas en la espalda con una mano y con la otra le proporcionaba aire.
— ¡¿Qué ya son qué?! — Cuestionó el omega pelirrosa después de recuperarse.
— Novios... — Respondió Jake con una sonrisa tímida y un sonrojo aún más notorio.
Sunoo lo miró por unos instantes con sorpresa, pero después comenzó a sonreír en grande mientras gritaba feliz por su amigo. — ¡Jake, Jake, Jake! — Ambos estaban dando brincos en círculo abrazados. — ¡Sunghoon debe de ser tu alfa!
Jake rió tiernamente ante la afirmación alegre de su amigo; el omega castaño era quien deseaba con toda su vida que Sunghoon fuera su alfa.
«Tonto Jake, ¿por qué no puedes tolerar el olor a durazno?», se reprendía mentalmente, manteniendo el ceño fruncido mientras seguía saltando emocionado con Sunoo.
— Por eso debes de superar el problema, Jake. — Sunoo hizo un alargado puchero, picándole la pancita a Jake y haciéndolo reír.
— Lo sé, Sunie. Sigo trabajando en ello.
Los ojitos marrones de Jake se aguaron ante las dulces y reconfortantes palabras de su amigo omega; había deseado tanto escuchar que lo estaba haciendo bien por parte de otra persona que no fueran los doctores beta que lo atendían. Inmediatamente se aferró al abrazo de Sunoo mientras soltaba pequeños hipidos producidos por el llanto, sintiendo la mano del pelirrosa acariciar su cabello con delicadeza.
Sunoo sonrió con apoyo a su amigo mientras tomaba delicadamente su mano. — Sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa. Me siento orgulloso de que estés superando tu problema; incluso si Sunghoon no es tu alfa, lo estás haciendo muy bien.
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Sunghoon esperaba afuera del consultorio del doctor de su, finalmente, novio. La revisión ya había tardado más de 1 hora con los dos omegas dentro y no pudo evitar preocuparse, pues se suponía que solamente tendría que ir a que revisara de manera rápida la nariz de Jake y su progreso.
