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— ¡Kim Seonwoo! — Jake entró a su departamento cerrando con un fuerte portazo detrás de él, caminando a pisotadas hasta el cuarto de su amigo.
— También me fue bien, gracias. — Dijo con sarcasmo mientras continuaba leyendo su libro.
— ¿Por qué le dijiste a Sunghoon de los girasoles?! — Reprochó mostrándole el ramo de las flores manteniendo su ceño firmemente fruncido.
— ¿No te gustaron? — Cuestionó el pelirrosa hacia su amigo mirándolo extrañado, pero una sonrisa creció en su rostro cuando comprendió de que iba aquella situación. — Acaso...
— ¿Qué? — Respondió el omega castaño ferozmente.
— Estás así por qué te sientes avergonzado de que Sunghoon, el alfa que es demasiado tu tipo, te haya dado tus flores favoritas y además quiera conquistarte.
— No es verdad. — Un rubor se extendió en las mejillas de Jake, sintiéndose cohibido bajo la mirada socarrona de Sunoo.
— Tengo razón. — Afirmó el pelirrosa riendo.
— ¡Incluso usó neutralizador para su aroma, Nunu! — Dijo Jake sintiéndose mal por hacer pasar por eso al alfa, rindiéndose y dándole la razón a su amigo omega mientras se dirigía a la cama de éste y se tumbaba sobre su espalda.
Sunoo soltó una risita. — ¡Es porque te quiere!
— Me siento mal por hacerlo pasar esa situación. — Jake observó con un puchero el ramo de brillantes girasoles.
— No te sientas mal, Jake. — Sunoo se acostó junto a el. — Si continuas con tus terapias, verás que las cosas se resolverán.
— Eso espero, incluso si Sunghoon no es mi alfa, realmente quiero tener una oportunidad con él. — Confesó el omega castaño con un sonrojo en sus mejillas.
— ¿Y si es tu alfa? — El pelirrosa se sentó de golpe abriendo exageradamente sus ojos.
— No lo había pensado. — Jake se sentó mirándolo con el ceño fruncido.
— ¡Por eso debes de superar tu problema, bribón! — Sunoo palmeó los muslos contrarios para después apuntarlo con su dedo. — Debes de hacerlo.
— Supongamos que es mi... — Jake sonrió con vergüenza. — Mi alfa.
Sunoo soltó un grito emocionado al ver a su amigo soltando sonrojos por doquier.
— ¿Crees que él sepa que soy su omega? — Cuestionó con un brillo de anhelo en sus ojitos.
Sunoo se llevó su mano a la barbilla pensando en aquello que le acababa de preguntar su amigo.
— No lo sé, Jake. — Dijo finalmente con una mueca de incertidumbre, ganándose una mirada triste.
— Probablemente no seamos destinados. — El omega castaño volvió a acostarse en la cama boca arriba, manteniendo sus girasoles abrazados contra su pecho.
