Lo miró ahí un rato. Su ceño fruncido, su barba de tres días y el cabello desordenado. Pocas le creerían que ese hombre era un respetable profesor que heredaría una escuela. 

─Papá. 

Aquel hombre quitó esa aura de intimidación y miró a su hija. En serio era un cambio abrupto. Él estaba demasiado familiarizado a mirarla a ella, pero no a que ella le regresara las miradas, estaba más acostumbrado a verle mirar el suelo o las cosas de alrededor ignorándolo a él. 

─Hola. 

Y así comenzó su primera plática real en años. Fue sorprendente, como enfrentarte a uno de tus más grandes miedos y descubrir que no era para tanto. Porque podía hablar con él como si nada hubiera ocurrido. Y seguía siendo el. 

Lo veía ahí, tan diferente. Con un nuevo aspecto muy lejos de aquel hombre trajeado y elegante que conoció. Más rebelde, más libre... 

¿Que podía haber fuera de todo lo que ella conocía tan bueno como para cambiar? 

Ella ya tenía su respuesta. 

─Me gustaría que vivieras conmigo. 

Sentenció por fin, sacándola de esa imagen de una chica que movía sus perspectivas y destruía sus inseguridades. 

Sentía su boca seca, se había acabado su amplio vocabulario. 

─Sé que tienes una vida aquí y que tal vez tienes amigas o pareja y no quieres dejarlas, pero me gustaría volver a ser una familia. 

Shuhua miró de nuevo a toda esa casa. Se sabía de memoria cada habitación aún cuando era enorme. ¿Qué seguiría para ella el día de mañana? ¿Qué pasaría al siguiente a ese? 

Dentro de diez o veinte años. Se veía tomando el lugar que su padre había dejado, pero no se imaginaba feliz. Nunca conseguía una imagen así. 

─Lo pensaré. 

Y ese fue el cambio que estaba esperando desde aquel día que fue a sentarse en el borde de una construcción olvidada. 

Corrió de nuevo como una niña a la que no le importaba caer y rasparse las rodillas. Tanto así que sus piernas no daban para más. Y ahí fue a encontrarla otra vez.

─De nuevo estás aquí. ─ Dijo de la nada. Y aquello era tan familiar que comenzó a sonreír. 

─De nuevo estoy aquí. ─ Soojin estaba moviendo sus pies de un lado al otro con entusiasmo. 

Shuhua solo la observó ahí, tan cambiante y libre que deseaba ser igual a ella. ─¿Puedo sentarme contigo? 

Soojin solo asintió y dejó que ella se quedará a su lado. Parecía, de alguna forma, que habían logrado romper algunas reglas y cambiaron de papeles en la vida. Era el mismo sitio y las mismas personas, pero la escena era totalmente diferente. Algo así como los refritos de las películas que Soojin odiaba tanto. 

─¿Te ha ido bien? 

Shuhua la miró, por largo tiempo sin poder encontrarse con sus ojos. ─ Fue bueno. ─ Pero Soojin no la miró. ─Demasiado bien a decir verdad. Pude hablar con él y esas cosas. 

─Eso es genial. 

Y el silencio pasó a ser más incómodo que si fueran dos desconocidas. 

─Quiere que vaya a vivir con él. 

Por fin pudo tener la atención que demandaba. No sabía leer sus expresiones. Solo sabía que ella estaba feliz por saber que se llevaban bien, pero ¿Que sentía de vivir lejos? ¿Le tomaba importancia? La verdad, no tenía ni idea. 

─No tomes a la ligera hacer maletas, si no las preparas pronto verás que hay más que empacar de lo que piensas. 

Shuhua sintió pesar, porque la chica no mostraba tristeza al decir algo como eso. 

─¿A dónde fuiste? 

Y esa, fue la primera vez que la interrogó. 

─Estaba en el hospital con mamá, ya sabes. Las cosas que pasan de vez en cuando. 

─¿Está bien?─ Soojin apartó la vista, y así como fácil llegó la oportunidad de preguntar, fácil se fue. 

─Está bien, ¿Irás a alguna ciudad cercana? 

─No lo sé, le dije que lo pensaría. 

;;;;;;;;

Shuhua se recostó de nuevo en su cama. Esperaba de alguna forma que, como si fuese un cuento, una chica entrara por su ventana, le dijera que todo estaba bien y se quedara para siempre ahí. La había visto y no en sueños, existía y la hacía tan feliz. Abrazarla la hacía sentir segura y calmaba sus nervios. Le había apagado el mal humor y sin ningún sentido figurado, la había salvado. Le había cambiado por completo. 

Pero ella había estado tan apagada. Ni siquiera había tenido oportunidad de saber más de ella. Dónde estuvo realmente, si en verdad estaba bien su madre, si estaba bien ella. El olor a nicotina le causaba asco, pero abrazándose a ella supo que podría soportarlo y que era más motivo de preocupación que de reproche. 

Aún así se sentía tan distante. Había estado con ella, jugueteando en la orilla de un puente con una felicidad apagada. Recordaba haber deseado en algún momento del inicio que esa chica dejara de ser tan activa y positiva, pero ahora se sentía como que daría de todo para tenerla de vuelta. 

─¿Podemos hablar?─ Miró a su padre en la puerta. Solo asintió y se reincorporó hasta poder verlo de frente. ─Me gustaría que fueras conmigo de viaje, mañana. Tu abuelo me ha comentado que tendrás el dia libre el fin de semana y me gustaría que vinieras conmigo. 

Miró a todas partes, tenía esa terrible maña de desviar la vista cuando dudaba. 

─No malinterpretes, no es para convencerte. Él está convencido de que no podrías decidir si nisiquiera has pasado tiempo conmigo en mucho tiempo y... 

─Iré.

Había aceptado por aceptar. Más impulsada por la oportunidad de recuperar el tiempo con su padre. No fue hasta el momento en que lo vio cerrar la puerta que se preguntó si sería una buena idea. Si era buen momento para irse lejos de Soojin cuando acababa de recuperarla. 

Solo mando un mensaje rápido a Soojin. Uno donde le avisaba que estaría fuera de la ciudad tres días. La rubia solo le contesto con un 

"Cuidate, te llamaré" 

Y quizá, solo quizá. Ese había sido su último error. 

;;;;;;

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

;;;;;;

𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞 𝐨𝐟 𝑡𝑒𝑎𝑟𝑠 ; ysh & ssjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora