—Newt, yo... —Parecía no ser capaz de encontrar las palabras que me pudieran dar algún tipo de consuelo, pero es lo que menos necesitaba en esos momentos.

—Ahora no, Thomas. —Mantuvo su mirada conmigo, incluso cuándo ya había salido del lugar.

Luna me sigue por detrás, y las puertas se cierran tras de nosotros.




Llevo varias horas en mi habitación sin escuchar nada proveniente del otro lado. Supongo que saben que el tiempo podrá curar esta enorme decepción, pero yo sé qué no lo hará. Me siento utilizado y realmente humillado. La ropa que poseía antes de llegar al cuarto, ahora se encuentra en los suelos, desparramada y bastante pisoteada. En estos momentos solo llevo encima una camisa suelta negra y un chándal del mismo tono. Entonces, mientras cierro los ojos por vigésima vez en el día, me hago un ovillo, tumbado de lado, y contemplo las extrañas formas de la luz de la luna que se forman en el suelo tapizado. Es de noche, y el hambre no me deja caer rendido ante los sueños.

Ante la soledad que se forma en mi interior, los recuerdos no tardan en aparecer en mi mente y estoy de vuelta en los juegos, en la arena. El origen de mis pesadillas, qué es el rostro de Keisha en su mayoría, me atormenta. Después me llama monstruo y me culpa por su muerte. Me imagino entonces que aparecen por la puerta de mi cuarto todos aquellos a los que he asesinado. Vienen a cobrar su venganza y a torturarme de mil maneras solo para que comprenda su dolor. ¿Y para qué hice yo todo eso? ¿Por qué motivo arrebaté tantas vidas? Ahora entendía que permanecía bajo la subyugación del Capitolio, y que todas mis acciones se veían influenciadas por ellos.

La imagen de Minho se esfuma con rapidez de mis manos, y ya no siento su presencia conmigo a pesar de tener la daga debajo de la almohada como acostumbraba. Me siento tremendamente perdido, y mi corazón sufre un vacío que soy incapaz de aliviar; al menos, no en las condiciones en las que me encuentro. El tren se sigue moviendo a pesar de todas las plegarias que he realizado durante toda la noche para que se dé cuenta de su error y nos devuelva a Brenda y a mí a casa. Las ha ignorado por completo para continuar su cruel camino hasta el siguiente Distrito, el 11.

Brenda..., pienso en ella mientras acomodo la sábana que me cubre. Me da calor, aunque esté más tiesa de lo normal. Los músculos se me relajan al recordar sus lágrimas y su rostro repleto de desolación, y entonces comprendo que no soy el único que la está pasando mal. Me levanto de golpe, apartando la manta de seda. Me niego a dejar caer más lágrimas en vano. 

Colocándome unas pantuflas oscuras y realmente cómodas, doy tumbos hasta la puerta y Luna se interpone en mi camino. Sus ojos azules brillan con tristeza, y dándole una simple caricia en la cabeza, lo esquivo para poner la huella en su sitio correspondiente. Todavía siento un nudo en la garganta que se niega a abandonarme, pero respirando con fuerza, me ubico en la oscuridad y me dirijo hasta el vagón comedor para pillar algo de comer antes de visitar a mi amiga del 12. 

Mis pasos son silenciosos, y pronto descubro que mi lobo no me acompaña. Pienso en que es mejor así; últimamente está muy nervioso, y tras lo de hoy... Está más raro de lo normal.

Al llegar al vagón comedor, sorprendentemente me encuentro con que están puestas las luces del centro de la mesa... aunque no haya ningún avox presente. Entonces descubro a Haymitch sentado a solas al final de esta, con una botella medio vacía de whiskey en la mano. Borracho como una cuba.

Pronto nota mi presencia en la sala, y un vacío se instala en mi estómago al recordar que habíamos acabado en incómodos términos la noche anterior. Agita la botella en sus manos, mientras no me quita la vista de encima. Me veo obligado a desviarla al sentir que me atraviesa con ella; poco a poco, voy cogiendo cercanía con él.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas ( au ) [✓]Where stories live. Discover now