Se alejo de ahí con miedo mientras sus manos temblaban sosteniendo el arma y al ver qué ese canto causaba eso comenzó a gritar como loca, disparo cinco veces, intentando dejar de escuchar el canto.

Howard aventó algo por la borda, para ella exclamar un
—¡No!—Agudo.
Él la tomó del brazo y la metió al camarote mientras se escuchó un exploción.

En el camarote había más hombres escondidos, algunos llorando, otros orando y pocos listos para salir y pelear.

Howard le tapaba la boca teniéndola entre sus piernas, tirados en el piso, escondidos todos, para escuchar pasos ya en la cubierta.

Ese hombre moreno, no tuvo que escalar el grande barco, el mar lo levantó en el aire poniéndolo ya ahí.
Sus hombres llegaron también después de escalar y él al verlos llegar señaló ambos lados del barco para revisar.

Miro todo el lugar, para bajar la vista y ver un tacón rosa, ni muy alto ni muy pequeño, lo miró y se fue de lado derecho moviendo los ojos a todos lados buscando a los hombres y a la mujer que vio desde el mar.

Los hombres de adentro, tomaron una respiración profunda como si el valor estuviera en el aire y salieron junto con Howard ya armados, unos no muy convencidos de salir por el miedo que causaban tales criaturas.

—No no Howard no.—Exclamo Olivia en voz baja, agarrándolo de sus pantalones, arrugandolos mientras lágrimas se formaban en sus ojos.

Él la ignoro y salió.

Lanzaban balas sin cuidado a tales criaturas que los atacaban con lanzas, fácilmente acababan con ellos solo teniendo que pasar una lanza por debajo de sus pies tirandolos al piso y clavándo el arma en su pecho.

Howard vio a un hombre grande de estatura y músculo, de piel azul, lo miro un momento como reto, disparo tres veces, pero las balas chocaban con la armadura del hombre dejándolas cómo una simple moneda de bronce, estás dejaron de salir del arma dejándole claro que no había más, el hombre extraño corrió hacia él y lo tomó de la muñeca con una mano haciendo que por el dolor el arma cayera al piso y con la otra mano lo tomase del cuello, fuerte, mirándolo a los ojos

Namor llegó, y miró a Howard despreciando esa escena.

—¿Creyeron que podían asaltar mi territorio?—Se burló, hablando ya en su idioma aún mirando a todos lados.

Olivia estaba en el rincón del camarote, tapándose ahora ella misma la boca, llorando, para evitar gritar por la escena, viendo la anatomía de esos hombres.

—¿Y la mujer?—Preguntó mirando a todos lados, buscando—En segundos morirás.

Olivia se levantó con el arma en sus manos sudadas por el miedo, temblabando al igual que sus piernas, salio de su escondite, creyendo que podría amenazar.

—Suéltalo.—Apunto a ese hombre moreno con joyas en el rostro manteniendo una postura de miedo.

Namor miro al hombre que sostenía a Howard del cuello y este lo dejo caer al suelo, rojo del rostro, tratando de recuperar el aliento, tosiendo en el suelo.
Entonces Kukulcan volteó sabiendo que era una mujer por el tono de voz, Olivia no bajó el arma, ambos se miraban, esa miel y chocolate estaban unidos esos segundos.

—¿Qué hacen aquí?—Les pregunto a ambos.

Olivia disparó, pero su temblar de manos hizo que esa bala callera en el collar del hombre que tenía muchas gemas, este lo protegió, no le hizo absolutamente nada, pero al hacerle eso al rey una mujer guerrera levantó la pierna golpeando las manos de Olivia haciendo que el arma cayera para golpear su estómago y cayera al suelo y su lanza la presionara en su pecho, Olivia aún lloraba e intentaba no respirar profundo para no recibir herida.

Sin Amor - Fanfic Namor Where stories live. Discover now