Primera parte*

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El frío viento daba contra su rostro, haciendo que se estremeciera un poco por la ventisca que traía la atmósfera del bosque.

Dejo que sus pensamientos se vieran sumidos en la oscuridad que reinaba entre los árboles, mientras ignoraba la extrañeza de sentir frío pese a su temperatura calurosa habitual.

¿Por qué aquel frío? ¿A qué se debía el temple que se semia en sus huesos? Quizás, no fuera físico y aquel helado sentimiento procediera del alma.

-- ¿Por qué estás dispuesto a darlo todo por ella? Incluso a protegerla con garras y dientes. -- Su padre no pudo evitar preguntarle, sin entender el actuar de su hijo.

Jacob lo miro resignado, sin querer explicarse realmente. -- La amo. -- Dijo únicamente.

Billy lo observó fijamente, sintiendo el dolor de un padre al ver el sufrir de su querido hijo. -- Entonces ve.

No podía detener las acciones del menor y tampoco podía impedir que dejase el daño que se causaba a si mismo, aferrándose a una mujer que ya pertenecía a otro hombre.

Jacob se marchó tras las palabras de su padre, en busca de Bella.

Quería verla, sentir su aroma, su presencia, su calor... Disfrutar de ella.

Ella...

Inconformidad.

Él.

No sé trataba de Bella, aún que así quisiera mostrarlo. Siempre se trató de él, de Edward Cullen.

Compartía una pequeña rivalidad con el vampiro, que se vio opacada por los sentimientos que empezaban a florecer en su pecho -los cuáles no quería admitir- pasaba días viéndose en pensamientos que se sumergían entorno a Edward, pero los ameritaba a la "molestia" que le daba su presencia.

Cada vez que lo veía cercanamente a Bella, su pecho se retorcía en desagrado "¿Por qué?" Se preguntaba, sin comprender aquel atisbo de molestia ante su relación.

Y allí creyó entender que se trataban de celos, pero se engaño a si mismo cambiando la perspectiva de su fastidio a Edward, recriminando que el vampiro era quien le traía desagrados.

-- Aquí estás. -- La voz de Renesmee lo llamo, con la calma que le daba la noche.

Jacob miro a la recién llegada y compartió su tranquilidad con una sonrisa. -- Estaba descansado, quería tomar un poco de aire libre.

Llevaban al menos tres años juntos, cuando la joven había cumplido la mayoría de edad y tenía la oportunidad de abrirse en fronteras hacia el amor que sentía por su acompañante fiel.

Jacob paso la vida de la niña a su lado, como un hermano, un padre y un amigo. Hasta que el tiempo dejo que todo eso cambiará a el renombre de "amante".

--¿Por qué no regresamos? -- preguntó ella, sacando a Jacob de sus pensamientos y trayendo su conciencia de regreso a la realidad.

-- Vamos. -- dijo simplemente.

No siempre se está convencido de lo que tenemos y aún que el destino nos haga aferrarnos a algo, nuestro corazón no logra aceptarlo por completo.

-- Por eso la protegias tanto. -- La voz de Edward llamo su atención, haciendo de apartase la mirada del bosque.

La respuesta de Jacob fue un asentamiento. -- Es mi impronta. -- una pequeña tensión se acomodo en su corazón, sin entender completamente la raíz de esa sensación.

Reprimidos. [Jacob X Edward] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora