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❝xxiv. am I the distraction? sure... ❞
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DURANTE LA MAÑANA DEL DÍA SIGUIENTE, LA PRIMA DE TERRA HABÍA LLEGADO A ALFEA. La sala compartida estaba repleta de cajas (y con más flores de lo usual), mientras el grupo de hadas ayudaban a Flora a desempacar todo.
—En serio, ¿puedo convencerlas de que dejen de ayudarme? —inquirió la nueva chica—. Puedo pasar otros seis meses sin desempacar.
—Y a la noche, encontraríamos a Terra y Adara haciéndolo solas —bromeó Bloom, mirando de reojo de a su hermana.
Ambas mencionadas eran las que se encargaban del mayor orden del dormitorio. A la pelirroja con ojos le gustaba que todo estuviese en orden antes de marcharse a clase; le gustaba sentir esa tranquilidad al regresar, donde todo estuviese en su lugar, y lo único que debía hacer era estudiar ó dormir un rato.
Por suerte, la sala no estar desordenada constantemente; pero, aún así, tanto Terra como Adara acomodaban todo en lugar correspondiente que ellas habían asignado para cada cosa. Y, cuando alguna buscaba algo especifico, solo bastaba con preguntarle a una de ellas para saber dónde estaba.
—Flora vivió en muchos lugares —espetó Terra, sacando un par de libros de una de las cajas—. Una vida alocada, por el trabajo de mis tíos
—Lo más alocada que puede ser con horticultores.
Bloom y Adara estaban sentadas en el mismo sofá naranja, desempacando una caja cada una. La mayor tenía los pies sobre el suelo; mientras la otra pelirroja estaba sentada con las piernas cruzadas, sobre el sofá.
Musa se encontraba en el sofá de enfrente. Terra y Aisha, en cambio, estaban sentadas en el suelo y de pie, respectivamente.
—Extremadamente —exclamó Musa.
—¿Y son primas? ¿Primas de verdad? —inquirió Aisha, detrás de las mellizas.
Flora y Terra se incorporaron del suelo. Voltearon a ver a Aisha, sin antes mirarse entre ellas pensando qué responder.
