14: Otoño

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Estaba sentada en la mesa de la cocina, cuando llamó alguien al timbre, fui a abrir la puerta, y era mi tía.
-Hola cariño, ya he vuelto del médico.
-¿Por qué pegaste al timbre?
-Se me olvidaron las llaves aquí- dijo quitándose los zapatos.
-Ah vale, tita, está noche voy a salir.
-¿Otra vez?
-Si.
-¿Vas con Jack verdad?
-Si.
-Vale, ten cuidado, que vuelves siempre muy tarde, y las cosas por la calle están muy mal, porque cualquiera puede hacer lo que sea contigo si que te des cuenta.
-Si tita, lo sé, no me volverá a pasar otra vez.
-Bueno, y ¿Qué vas a querer de cenar?
-No cenaré aquí, voy a coger el bolso y me voy.
-¡Cógete algo de abrigo!
-Pero si estamos empezando octubre.
-Tu cogetelo por si refresca.
Cogí mis cosas, y me dirigí de camino a la puerta, solía salir casi todos los días, a la misma hora, cerré la puerta y me dirigí a la parada del bus, me subí y me puse música, ya que el viaje iba a ser largo.
Después de más de una hora, me bajé del autobús, era aproximadamente la hora de cenar, pero casi nunca solía cenar, llegué al hospital, y me fui en dirección a los baños del primer piso.
-¿Ya has terminado tu turno?- dije abriendo la puerta.
-¡Hola!- dijo pegándome un susto.
-¡Qué hacías detrás de la puerta!
-Pegarte un susto, empezó a reírse.
-No tiene gracia Lu, ¿ves que me estoy riendo?
-No, pero tu cara si da gracia, dijo riéndose cada vez más fuerte.
-Bueno déjate ya de tonterías, ¿Has terminado tu turno o no?
-Si, ya no tengo más que trabajar por hoy.
-Tu jefe te está matando con tanto trabajo.
-Mira, mejor no hablar del trabajo, ¿Qué tal con tu tía?
-Bien, supongo, se piensa que estoy con Jack.
-Pero Jack, ¿has vuelto a hablar con él?
-No, nos peleamos en su cumpleaños, y, no se nada más de él.
-¿Y que pasó en su cumpleaños?
-Bueno, él, él me besó.
-¿Y por eso estáis peleados?
-Mira, es que, todo es muy difícil para mí, y además, él sabe que Adrián me hizo mucho daño, y que con lo de mi madre y eso, tampoco estoy muy bien.
-Pero, yo creo, que para no volverle a dirigir la palabra tampoco es, tal vez, podrías volverle a hablar. Iris hace ya casi un año que falleció tu madre, no puedes estar toda tu vida mal.
-Ya lo sé, pero yo no quiero nada con él.
-Bueno, aunque no quieras nada con él, podríais volver a ser mejores amigos, creo yo.
-Sí, tienes razón, tendría que hablarle, yo, yo lo echo de menos.
-¿Por qué no lo haces ahora?
-¿Ahora?
-Si, ahora, día 8 de octubre a las 23:43.
Me lo replantee varias veces, hasta que agarré mi móvil, entré en el chat de Jack, y le escribí.
-¿Ya?- me dijo Lu acercándose a mí teléfono.
-Si- le dije que si podríamos hablar.
-¡Genial!
-Bueno, ya se hace tarde, me tendría que ir, mañana vuelvo otra vez.
-No, mañana no me toca trabajar, ¡Tengo día libre!
-Ah, ¡Qué bien!, bueno, ya vendré otro día.
-Vale, adiós.
Estuvimos un buen rato abrazadas, hasta que me tuve que ir, cogí el autobús, y como era de esperar, me quedé dormida, llegué a mi parada, que era de las últimas, y me bajé del autobús, me quedaba un trozo que tenía que ir andando, así que no tuve más remedio que pasar por su casa, la casa de Jack, como todos los días, vi que su moto no estaba aparcada, pero había luces en la casa, menos en su habitación, crucé la acera, y escuché el ruido de una moto, de su moto, me giré para venir de donde procedía el sonido, estaba llegando a su casa, iba muy rápido, casi no se distinguía la moto, así que, recordé las palabras de Lu.
-Podríais volver a ser mejores amigos.
Así que fui en dirección a su casa, donde estaba él, quitándose el casco.
-Te has hecho un cambio de look- le dije observándolo de arriba a abajo.
Él se giró hacia a mi, no recordaba su mirada, estaba completamente distinto, en cambio, me miró de forma extraña, y no me dijo ni una sola palabra.
-El negro te queda fatal, antes estabas mejor- mierda, lo había pensado en voz alta sin querer.
-Iris, tu opinión no me va a influir en lo que me ponga o me deje de poner.
Miré hacia el suelo, ya nada era como antes, él estaba distinto en todos los sentidos.
-Oye, lo- lo siento.
Él se giró para volverme a mirar de nuevo.
-Lo siento por haberte amargado el día de tu cumpleaños, yo, yo no quería nada, y tú lo sabías, lo siento.
-¿Por qué estás aquí?
-Quería que me perdonaras.
-Yo creo, que tal vez, me hubieras podido contestar a los mensajes, o no sé, habernos perdonado hace meses, no ahora, Iris, no ahora.
-Lo sé, lo hice mal, y aún sigo estando mal con lo de mi madre.
-Mira Iris, no te tenía que haber dado ese beso, pero sabes, no solo eres tú la que estás mal joder, yo también perdí a mi hermana, fuiste tú la que me hizo sentirme bien, feliz, pero ya no, has pasado de mi durante meses, y aunque la gente diga que no, lo tíos también tienen sentimientos, y qué pensabas, que con acércate a la puerta de mi casa todo se iba a solucionar.
-Perdón por todo, no tenía que haber venido aquí, lo siento, lo siento de verdad, ojalá me perdonaras alguna vez, y gracias por lo de Adrián de aquella noche.
Me fui hacia la casa de mi tía, arrepintiendome de lo que había hecho, abrí la puerta y subí a mi habitación, todas las luces estaban apagadas, así que me metí en mi cama y me quedé dormida al segundo, ya que mañana tenía universidad por la mañana, había empezado la carrera de artes escénicas.

El Inicio De Un FinWhere stories live. Discover now