¿Mamá?

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El resto de la semana fue como un soplo de aire para Emma. Al final si que aceptó la oferta del puesto de ayudante del sheriff, por lo que ahora tenía un suelo fijo además de un piso compartido con su amiga Margaret.
La relación con la alcaldesa no había mejorado en absoluto; por parte de Regina todo eran miradas frías, e incluso Emma podía jurar que cuando no estaba delante la morena le echaba males de ojo. A parte de eso, lo demás en aquel pueblo era estupendo. La gente era muy simpática, tanto que ahora era algo así como la mejor amiga de Ruby.
Pero todo lo que sube... baja en algún momento. Ese día la rubia estaba tirada en el sofá, buscando alguna serie que ver en una nueva plataforma llamada Disney+, cuando una llamada inesperada le arrebató la calma que se había instaurado en el apartamento puesto que Margaret tenia una cita con su ligue.

Emma paró todo lo que estaba haciendo y cogió con cautela el teléfono sin llegar a desbloquearlo todavía.

   - .... ¿Si? .... - Por la cara de susto que puso, quien fuera que estuviera en el otro lado de la línea tuvo que darle una mala noticia. - ¿Es broma verdad? Es imposible, no había forma humana de saberlo... Está bien, llegaré lo antes posible.

Con esto dicho, apagó la pantalla y escribió una nota rápida a su anfitriona para no asustarla, y se puso rumbo a donde se encontraba su misterioso interlocutor.

Llegó a su destino al cabo de una hora y poco más de viaje, poco tiempo comparado con el que hubiese tardado si no le hubiese dado zapatilla al coche debido a su estado de nervios. El dueño de la inesperada llamada era August, un amigo de la infancia, por no decir su único amigo además uno de sus compañeros de trabajo.

   - Vaya rubita has llegado más pronto de lo que había esperado.

   - No podía hacerte esperar más, esto es un asunto primordial. Va incluso antes que mi propia vida.

   - No te lo niego, pero dejemos la charla para otro rato y entremos que comienza a refrescar.

Los dos amigos estuvieron poniéndose al día un buen rato hasta que la rubia decidió irse porque ya era algo tarde. Salían ambos por la puerta de atrás del edificio tranquilamente, pero no se dieron cuenta de que alguien escondido en la oscuridad les observaba y les seguía desde las sombras.
Emma, de vez en cuando miraba hacia atrás, porque sentía la presencia de alguien, pero no le dió mucha importancia, ya que solo podía ser un acto reflejo, teniendo en cuenta en lo que trabajaba. llegaban ya casi hasta el coche de la rubia cuando algo, o más bien alguien, arremetió por detrás de ella y la acorraló contra su coche.
August A todo esto peleaba con alguien a quien Emma reconoció como un cliente al que tuvo que contarle que su mujer lo engañaba con su hermano. Mientras Ambos intentaban deshacerse de los malhechores, aquello por lo que había ido la detective a ese lugar, quedó apartado fuera de la vista de todos, hasta que el que agarraba a Emma fue a por ello.
Esta como una leona intento protegerlo, pero antes de conseguir noqueara, el hombre se llevó un tajo en uno de los costados debido a una pequeña navaja que éste llevaba escondido en la mano.

Ya había pasado ese pequeño percance y tras despedirse de August, nuestra protagonista volvió a partir rumbo a StoryBrooke.
Una vez en el apartamento, la rubia entró despacio por si Margaret había vuelto y estaba dormida... o con compañía. Se hizo un café y se sentó en el sofá después de dejar su " asunto importante" en la cama; pero de repente, Emma comenzó sentirse algo mareada y con mucho sueño. Se miró la camiseta y descubrió que tenía una mancha roja bastante importante.
Qué mala sería su suerte que al levantarse para cambiársela, no sin algo de dificultad, alguien llamó a la puerta. Lentamente se acercó y la abrió. La puerta fue atravesada como si de un torbellino se tratase por una enfadada alcaldesa.

   - ¡Señorita Swan! Se puede saber por qué no está cumpliendo con... - Regina dejó de hablar al girarse y comprobar el nefasto estado del ayudante del sheriff - ¿Se encuentra bien? - Preguntó con preocupación.

   - La verdad es que ... estaba por irme a la cama. Si no es molestia por favor - Dijo Emma separándose un poco de la entrada y señalando la puerta. Pero llegados a este punto tenía tan pocas fuerzas que su cuerpo iba por inercia hacia adelante y si no fuera, porque la alcaldesa la sujetó de la cintura estaría en el suelo.

   - ¿Pero que? ¡Dios mío, está sangrando!- Exclamó la morena tras notar algo húmedo en su mano y comprobar que era un líquido de color rojo intenso.

   - No... no es nada. No se pre..preocupe- Suspiró pesadamente Emma - porfavor vuelva mañana, necesito dormir.

   - No, no cierre los ojos Señorita Swan. No se duerma.- Regina intentaba por todos los medios impedir que la forastera perdiera la conciencia.- Emma, vamos, despierte.- Unos pequeños pasitos se escucharon llegar desde una de las habitaciones del apartamento, y no fue hasta que estaban al alcance de los ojos de la morena, que esta no levantó la vista.

   - ¿Mamá? - Dijo la vocecilla de una niña de unos cinco años con sus cabellos rubios alborotados - ¿Qué le ha hecho a mi mamá?

My savior Where stories live. Discover now