-¿Sabes que hice ayer a esta misma hora?
-¿Pensar en mí?
-¡No, comer!
-Podría apostar a que estabas pensando en mí...
-¡Daniel!
-Está bien ya entendí...
¡Perfecto! Hace media hora que solo escucho su respiración y lo único en lo que pienso es en comida, extraño ¿no? Estoy recostada sobre la cama del chico que me ha robado dos besos y yo aquí pensando en comida.
-¿Qué quieres comer?-Pregunto Daniel con una voz muy dulce.
-¿T-tú vas a cocinar?- Dije casi sin aliento.
-Sí, ¿Qué es lo que quieres?
-Podría ser...
-¡Espera! ¿Para eso se necesita agua hervida?
-Empiezo a creer que no sabes cocinar...
-Bueno, depende ¿Qué te gusta?
-Bueno... ¡Me encantan las pastas!
-No sé cómo cocinar pastas, pero se hacer limonada, se me da muy bien.
-Wou. ¡Por qué no lo dijiste antes!
-No me gusta presumir...
-¡Daniel!
-¡Ya cálmate! Te pones agresiva cuando tienes hambre.
Desgraciadamente no es la primera vez que me lo dicen...
-¿Qué vamos a comer?
-Abajo hay pizza, pero primero ¡Tengo que cambiarme!
-Estas bien así.
-Mara ¿Sabías que estoy sin camisa?
¡¿Qué?! Mierda.
-¡Tapate! ¡Y ponte algo decente! ¿Pero en qué momento te quitaste la camisa?
¡Dios! Parezco esas niñas que dicen "iuuuuuuu" cuando una pareja se besa.
-¿Recuerdas cuando estabas inconsciente? Bueno, pues sentí un poco de calor...
-¡Descarado!
-Mara, tú no puedes verme tranquila.
-Pero puedo sentirte- susurré.
-¡¿Sentirme?!
¡Maldita hambre! Me está empezando afectar...
-¡Ve a cambiarte!
-¿Quién dijo que me voy a ir?
-Daniel, ya tengo suficiente con que estés sin camisa, pero no voy a permitir que te desnudes aquí. ¡Este no es un maldito burdel!
-¿Burdel? –Preguntó soltando una carcajada- Muy aparte, este es mi cuarto ¡No me voy a ir!
-¡Pues si tú no te vas yo me voy!
Me deslice sobre sus suaves sabanas y empecé a caminar si rumbo alguno, tocando las paredes para encontrar la salida. De pronto, sentí sus manos sobre mi cintura, tan cálidas como siempre.
-Iré al baño a cambiarme -me susurro al oído.
-¿Tenías que esperar a que me fuera para decírmelo?
-Tenía un propósito...
-¿Un propósito?
-Sí, quería que tú me pidieras que me quede... pero sé que siempre querrás que me valla.