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「Dia 3: Tierra- Confianza」

Terminaron la misión del jefe con éxito, entregaron a Trish y volvieron a Nápoles dispuestos a celebrar la ascensión de Bucciarati a Capo, sin embargo, no esperaban oír lo siguiente, no en medio del banquete que estaban por disfrutar. El jefe envió un correo a Bruno en ese momento y tuvo que levantarse para revisar que ocurría.

—Nah, Bucciaratti ¿Qué sucede?— hablo Narancia —Te has quedado en silencio ¿Qué dice el jefe?

Fugo no quería preocuparse pero por la expresión en el rostro de su capo era inevitable, tenía una expresión perdida —¿Qué ocurre?

Giorno y Abbacchio no dijeron nada, pero centraron su atención en el pelinegro.

—Bucciarati, dime que ahi no dice algo malo ¿Quieres asustarnos verdad?— se levantó de su asiento dirigiéndose a su capo —Muy buena broma pero-

—El jefe dice...— se detuvo tragando en seco —Que nos separaremos, a partir de ahora, ustedes ya no serán mis subordinados

—¡¿Qué?!— Narancia y Mista gritaron al unísono molestos

—¡¿Qué clase de prueba es esta?!— Fugo no tardó en ponerse de pie con furia, lo suficiente para hacer caer su silla al suelo de golpe; el resto de la gente presente en el restaurante se asustó, los camareros también se asustaron y pidieron a la gente guardar la calma

—Eso no tiene sentido— por primera vez Abbacchio se pronunció —¿Por qué nos pediría algo así?

—¿Qué dice exactamente el memo?— pregunto Giorno con seriedad, manteniendo su semblante aunque estuviese cuestionandose internamente de mil maneras que podría haber sucedido para que el jefe tomara esa decisión

—Chicos calmense— cerró su laptop de golpe y se puso de pie —Debemos hablar de esto en otro lugar, ahora

Todos siguieron a su Capo hasta una de las tantas propiedades que le habían cedido a Bruno por su rango; ya ahí les leyó a todos exactamente lo que decía.

—"Bucciarati, estoy agradecido contigo y tus leales subordinados, gracias a ustedes pude tener a mi hija sana y salva, estaré en deuda con todos ustedes. Sin embargo, también he evaluado las capacidades que cada uno tiene, son un equipo incomparable, mismo motivo por el que considero es mejor separarlos y explotar sus habilidades en otros grupos, donde los individuos no son tan competentes, cuento con ustedes, y te adjunto el equipo al que pertenecerán ahora cada uno de ellos"

Todos se miraron serios, el mensaje no era broma, era una orden directa para cada uno y no podían revelarse, no ahora que habían completado una gran misión, aun así, nadie quería separarse, quizá Giorno era nuevo en el equipo, pero el resto ya llevaba un par de años o más conociéndose, no sería fácil adaptarse a otro grupo en otra ciudad.

Bruno le dijo a cada uno a que grupo iría, en privado, todos tenían totalmente prohibido hablar sobre a dónde irían o a que grupo, y nadie hizo nada para negarse. Antes de eso, les anunció que cenaran juntos por última vez para disfrutar el banquete que no habían tenido oportunidad luego de completar la misión, todos aceptaron.

Para la última cena, asistieron formales, cada quien en sus mejores galas sin dejar de lado lo que los hace únicos. Comieron, compartieron anécdotas, y al final de la noche se despidieron.

—¡Voy a extrañarlos mucho, chicos!— dijo Narancia abrazando a Fugo y Mista lo más fuerte que podía

—Vamos, volveremos a vernos, aunque sea para salir un rato— comento Mista pero a casi nada de llorar por el abrazo de su compañero

—Yo no extrañare a un idiota que no aprende matematicas

—¿Qué dijiste, Fugo?

Narancia y Fugo empezaron a discutir y Mista intentaba separarlos diciéndoles que no valía la pena pelear si era la última vez que se verían. Ante eso Bruno rio, llamando la atención de todos.