—No iba a faltar por nada al cumpleaños de Sara.

Me acerqué a la frente a Sara y se la besé con dulzura mientras que ella daba pequeños gritos de alegría.

Fue ahí cuando escuché la voz de Bruce diciéndome;

—Te quedaría bien ser madre.

Levanté mi mirada hacia aquel hombre rubio y, sonriente, sabiendo que hacía unos años no hubiese dicho eso, contesté;

—Bueno... Con los años he ido cambiando de idea respecto a la maternidad.

—Vaya, ¿te gustaría ser madre? —cuestionó Venus sorprendida.

Y ahora teniendo a una ahijada, pensé que sí.

—Me gustaría, pero de momento quiero seguir centrándome en mi trabajo.

Fue ahí cuando se me había olvidado el bolso en el coche con las prisas y tuve que levantarme del sitio, dejando a Sara jugando con sus juguetes y disculpándome por ello.

Salí del jardín para caminar hacia mi coche, cuando mi vista se paró frente a un hombre que conocía perfectamente y que estaba a escasos metros de mí.

Había cambiado mucho con el tiempo, por no hablar de que su cabello estaba algo más largo, pero tan bien peinado como de costumbre, aunque tenía casi la misma musculatura que la última vez que lo vi. Se había esforzado mucho en la cárcel para ello.

Su mochila la tenía tirada en el suelo, mientras que no dejaba de mirarme como si fuese lo único importante en esta vida, pero su sonrisa no aparecía, solo tenía un brillo en los ojos que lo caracterizaba.

Estaba tan perfecto como la última vez.

Y yo estaba muy enfadada con él.

—Rhys...

Él parecía tan sorprendido como yo, cuando contestó;

—No... No sabía que estuvieses aquí.

Apreté la mandíbula, queriendo decirle que pensaba lo mismo. Pero preferí no decirle nada de ello.

—Es el cumpleaños de Sara. No me lo iba a perder por nada en el mundo. Has... —Me fallaba la voz. —Has salido de la cárcel. Pensé que saldrías el año que viene.

Él se relamió los labios mientras miraba mis ojos, buscando algo más en mí que no sabía que describir.

—Me rebajaron un año por buena conducta —contestó.

Elevé la ceja, pero mi enfado estaba aumentando cada vez más y no quería perder mi poco autocontrol que tenía.

—Me alegro por ti.

Dejé de mirarle, pasando a su lado para poder ir hacia mi coche, cuando su mano agarró la mía, frenándome.

Aquel roce me hizo sentir mil cosas, de las cuales, creía que ya no sentiría jamás. Pero nuevamente estaba ahí. Lo volvía a sentir una vez más, pero mucho más intenso que nunca. Quizás por los años que llevaba sin verle, sin saber de él, solo por la palabra de Bruce.

—Perdóname.

Aquella palabra llena de sentimiento no removió nada en mí. Solo recordaba las noches que lloraba porque él no quería verme, y lo dejaba claro en la cárcel. Aquello me dolía y solo quería gritarle, pero eso no me serviría de nada.

—Déjalo, Rhys. Me alegro de que hayas cumplido la pena, pero no me estés dirigiendo la palabra.

—He sentido mucho más por ti de lo que podrías imaginar —respondió él sin darme una tregua.

GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)Where stories live. Discover now