3. LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO

Mulai dari awal
                                    

—No, pero... tampoco me gusta. El exhibicionismo y yo no...

—Entiendo —finalizo para no ponerla más incómoda—. El rollo voyeur no te va.

—Para nada.

—¿Sabes de qué va este lugar...? —dejo la frase suspendida en el aire. Llevamos más de una hora conversando y no nos hemos presentado.

—Oh, el sujeto de la puerta me ha nombrado Jade.

—¿En serio? —digo más para mí que para ella—. Ha sido generoso. Por lo general, se guarda las piedras preciosas para miembros exclusivos.

—Ha dicho algo sobre mis ojos, pero no recuerdo bien —alude—. Supongo que estaba demasiado nerviosa por entrar. ¿Qué hay de ti? ¿Cuál es tu gema?

—El Oro...

Escupe el líquido de buenas a primeras y el vaso de cristal cae al suelo al mismo tiempo que le entra un ataque de tos.

Se ha ahogado con el tequila.

No dudo en correr a socorrerla, con la ayuda de uno de los chicos de la barra, quien me tiende un vaso de agua.

»Despacio, despacio —sugiero. Deja de hiperventilar, pero continúa agitada por otros cinco minutos—. ¿Estás mejor?

—Sí, es que...

—¿Qué? —la insto a seguir cuando se detiene—. ¿El oro no te parece tan valioso como el jade?

—No, solo que... si te lo contara ,no me creerías.

—Ponme a prueba —insisto.

—No, creo que ya he tenido suficiente tequila por un mes. ¿Me ayudas a llegar a casa?

—¿Quieres irte? —mi rostro queda a pocos centímetros del suyo, sintiendo la respiración nada calmada del otro—. ¿De verdad quietes irte, Jade?

—Yo...

—¿Sabes de qué va este lugar? —repito mi pregunta.

—Sexo... en todas sus facetas.

—Y yo puedo darte la que desees —añado con un tono ronco, sutil—. Solo tienes que pedirlo, Jade.

—No creo que sea buena idea...

—Haremos lo que tú quieras —propongo—, incluso si optas ppr algo vainilla y convencional. Y en el momento en que me pidas parar, obedeceré. Será mi regalo de bienvenida.

—Yo... —duda, porque a pesar de morir por largarse, una parte suya quiere quedarse... conmigo.

—Te gusto —no pregunto—. De lo contrario, te habrías marchado hace media hora. ¡Vamos! —adopto una postura jovial y relajada—, ¿no quieres ganar esa apuesta? Tendrás un mes libre de hacer la colada y de paso, puedes comprobar la teoría del clavo.

—Si te pido que te detengas... —vacila—, ¿lo harás?

—Lo prometo.

Los segundos se me vuelven eternos. Creo que va a declinar...

—¡Qué demonios! —suelta de buenas a primeras—. Culparé al tequila.

Esas palabras me dan la luz verde que estaba esperando.

Deslizo mi nariz por su nuca, besando su hombro, rozando su clavícula con mi lengua. Es una piel exquisita y cuando susurra alguna maldición sonrío malicioso.

Sin esperar un segundo más, la tomo de la mano y la guío hacia las escaleras. Al parecer, hoy me apetece algo soft y sin espectadores. Durante el corto camino hacia la habitación llevo la mandíbula apretada, casi tanto como los músculos.

Seduciendo a mi JefeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang