quince

159 16 0
                                    


Amaneció con Enma entre sus brazos, está vez lo tenía envuelto de tal manera que su cabeza estaba enterrada en su pecho y él podía oler su fragancia, esos cabellos rojos también le daban un poco de cosquillas. Por el contrario se sentía abrazado por el brazo izquierdo que tenía extendido Enma por su espalda, haciendo que su despertar fuera cálido.
Y podía seguir disfrutando del calor de sus cuerpos, pero algo en su cabeza le decía que pasaba algo en la planta de abajo de su mansión.
Mientras estaba pensando que podía ser, Enma había despertado y lentamente despegó su rostro del calido abrazo para mirar a los chocolate de su amigo, sin saber calcular bien el espacio entre sus rostros, termino besándolo sin querer, sin embargo no le disgusto al moreno, por el contrario le sonrió y le dio otro beso más decente.

—Si seguimos aquí así, tu familia va a venir y me va a mirar feo — dice el pelirojo un poco preocupado.

—Pero a mí me gusta, además algún día tendrán que quitar esas malas caras, porque ahora somos novios y va a ser normal que quiera besarte— responde coqueto sin dejar de mirarlo—. Pero tienes razón, siento que algo extraño está pasando abajo y realmente quiero saber

Asintiendo, los chicos se levantaron y comenzaron a arreglar la cama, como Enma seguía sin regresar a su mansión tenía la responsabilidad de ayudar a limpiar la habitación. Con eso terminado, bajaron ya cambiados al gran comedor y está vez, en lugar de hallar alumnos abarrotados en el lugar, también vieron las maletas ya hechas.

—Queremos regresar— afirma Tatsuki—. De todas formas ya no tenemos nada que hacer aquí— dijo refiriéndose a la excursión en la mansión.

—Vaya, pues sin problemas, su transporte ya está listo — intervino en la alegre despedida su tutor, con esa sonrisa de oreja a oreja.

Al parecer los Vongola ya estaban listo para correrlos en cualquier momento, pero si se agradecia que ellos fueran los que decidieron irse finalmente.
Y los alumnos tampoco se quejaron, con estos días que conocieron a la familia de Tsuna ya sabían el tipo de personas que eran, ademas, hablaban de la mafia, obviamente tendrían siempre listas este tipo de cosas, aunque eso sí, cuando vieron las furgonetas negras temieron por sus vidas.

—¿Vendrás también, Tsuna? ¿Como grupo?— cuestiona de nuevo la chica, esperanzada de algo.

—No, me quedaré aquí un tiempo y regresaré ya después.— mintió —. Ya váyanse — sonrió sombriamente mientras cada compañero comenzaba a salir por la puerta

◜❁◝

Los alumnos entonces regresaron a Naminori un viernes, por lo cual todavía hasta el lunes asistieron a la escuela, donde les esperaban muchas preguntas relacionadas con el Decimo de parte  de todos los demás salones de la escuela.
Lo que normalmente esperarían, pues se les dio el privilegio de conocer al jefe de Vongola, la empresa más hablada entre todos; sin embargo los alumnos de ese salón que fue a ese viaje regresaban distintos, no entusiasmados por haber ido y hacer de todo, si no más como molestos y silenciosos.
Además lo que notaron profesores y otros alumnos, era la falta de presencia de Tsunayoshi Sawada, su dame-alumno y el preferido para molestar.

—No entiendo que se cree su compañero para faltar, pero está bien, así no atrasara la clase— había comentado el profesor de matemáticas, el que se beneficiaba más de burlarse del moreno.

Y de no haber sido por todo lo que vivieron en Italia, el grupo entero se reiría o comentaria más burlas al respecto, incluso podrían hacer como que jamás descubrieron que Tsuna era el décimo y que esté mató delante de ellos, los acuso de hipócritas y basuras, lo eran, pero podrían fingir que nada paso y seguir con las burlas, sin embargo, como esperaban que él regresara y habían aprendido correctamente la lección, ya no hablarían mas para lastimarlo ni seguirían la corriente.

Feliz cumpleaños ¡Viajemos a Italia!Where stories live. Discover now