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Hakuji se sentía muy satisfecho con su vida, tenía a unos padres amorosos que siempre lo apoyaban en todo lo que él se proponía, por esa razón también aprobaron su decisión de mudarse a otra ciudad para poder cumplir con sus prácticas profesionales, hubiera preferido trabajar en su ciudad natal pero no podía ponerse exigente cuando necesitaba adquirir experiencia, por lo cual aceptó donde sea que su universidad lo mandara.
Gracias a su familia pudo rentar un cuarto amueblado en una zona modesta, incluso no estaba tan retirado de su lugar de prácticas, con un solo transporte podía llegar sin problemas.
Empacó lo esencial y con una despedida emotiva, dejó su hogar para comenzar a emprender su vida adulta.
Cuando llegó al pequeño edificio de cuartos y departamentos era de tarde y al parecer la dueña ya lo estaba esperando, desde días antes mantenía comunicación con ella para ponerse de acuerdo en todo: el contrato de arrendamiento, el método y fechas de pago, las reglas del edificio, políticas, entre otros detalles, al recibirlo le mostró con gusto todo el lugar, al final llegaron al cuarto que de ahora en adelante sería su nuevo hogar.
Luego de mencionarle algunas indicaciones, finalmente lo dejó a solas para que se acomodara, la gran ventaja es que el cuarto estaba completamente amueblado, todos los electrodomésticos incluídos, contaba con todos los servicios y acababan de hacer limpieza, solo le quedaba desempacar, organizar su ropa y demás artículos personales.
Al terminar decidió salir a comprar una pequeña despensa, tenía la tarde libre y en el refrigerador no había ni una triste manzana, con toda la calma del mundo se dirigió al supermercado más próximo.
Estaba en el pasillo de cereales, muy pensativo leyendo los ingredientes de una caja cuando un desconocido se le acercó.
- ¡Te recomiendo este, es delicioso!
Al voltear Hakuji se encontró con el hombre más guapo que había visto en su vida, de largo cabello rubio y cejas gruesas, nunca había pensado así de un hombre, había tenido una novia antes y había sido muy feliz con ella, no sabía que alguien de su mismo sexo pudiera despertarle tantas emociones al mismo tiempo.
- Eres hermoso. - Fue lo único que se le ocurrió decir en respuesta, al instante se sonrojó por lo que había confesado.
- ¡Gracias! Qué amable eres, podría decir lo mismo de ti, tienes unos ojos azules muy bonitos, me llamo Kyojuro. - se presentó alegremente.
- Hakuji. -logró articular, un hombre tan atractivo le había dicho que sus ojos eran muy bonitos, ¿Estaba soñando?
- Por tu cara roja puedo decir que te caí muy bien ¿Puedo acompañarte a realizar tus compras? -ofreció Kyojuro con mucha cortesía.
- Por supuesto. -dijo Hakuji emocionado.
Kyojuro vivía cerca de ese supermercado, tenía costumbre de siempre comprar ahí, conocía a los empleados y los saludaba a todos, incluso conocía a los clientes habituales que llegaban a comprar, le gustaba platicar con todo aquel con el que coincidiera, por eso rápidamente se dió cuenta que Hakuji era un nuevo cliente y por su naturaleza tan extrovertida hizo el primer acercamiento, no pensó que conectarían tan rápido.
Terminaron de hacer sus compras y Hakuji con algo de pena le pidió si podía acompañarlo a su cuarto recién rentado, le dijo dónde era y Kyojuro solo sonrió enormemente, él vivía en el mismo edificio, por lo cual serían vecinos, llegaron y se dieron cuenta que sus cuartos estaban a pocos metros de distancia.
- Kyojuro, ¿Te gustaría cenar conmigo? Sé cocinar.
- ¿De verdad? Yo soy pésimo cocinero, creo que nos llevaremos bien.
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Notas de autor: a veces me sorprende mi habilidad para inventar cosas 😆 así como escribo, hablo, si vieran que mi tesis de carrera la terminé en 3 meses mientras ya trabajaba de Godínez, a mí me dan una palabra y te aviento un relato, hoy tuve mucho trabajo y aun así no me cuesta nada escribir, espero que esa habilidad que tengo alguien más la aprecie 🤭
Muchas gracias por leer y votar 💐
