♥︎Yᴏ Nᴏ Tᴇ Mᴇʀᴇsᴄᴏ...Fʀᴇᴅᴅʏ.♥︎

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Pov: Omnisciente.

Eran alrededor de las 3 de la mañana, y Freddy no podía pegar ojo, su mente estaba inquieta, lo que le impedía conciliar el sueño.

Dio múltiples vueltas en la cama, pero eso no lo ayudo en nada.

Por su cabeza pasaba todo lo que había estado pasando en las últimas semanas, o mejor dicho, lo que pasaba entre el y su mate.

Desde hacia un tiempo ya mostraba signos de atracción por el, cosa que confirmo al poco tiempo, luego fueron destinados por la luna hace no mucho, fue rechazo ya que el Omega no sentía lo mismo por el.

Lo último lo puso algo sensible, se le pasó al recordar lo que había pasado en el día anterior, monty había aceptado tener una cita con el, era una oportunidad que no podía desperdiciar.

De repente, las sospechas de que monty era un posible dragón pasaron por su cabeza, aquello también lo traía algo atónito y curioso, no le había preguntado nada al reptil por no molestarlo, pero la verdad era que la duda lo estaba matando.

Cubrió su rostro con una de sus almohadas ahogando un grito de frustración.

«¿Debería preguntarle mañana?»

Se cuestionó mentalmente mientras tenía la mirada perdida en las losas del techo con duda.

Abrazo su almohada y soltó un suspiro para después cerrar los ojos comenzando un nuevo intento por descansar.

[6:00 AM]

El día empezó como de costumbre para todos, el local abrió y ya los clientes empezaban a llegar.

Varios ya estaban listos y arreglados, se podría decir que Monty era el único que faltaba. Los demás no le tomaron tanta importancia, ya que a veces el reptil olvidaba programar su alarma o está no lograba levantarlo.

De cualquier manera procedieron a hacer su trabajo como de costumbre, recibir a los invitados, entretener a los niños y a veces dar algunos autógrafos o hacer pequeñas sesiones de fotos con algún que otro cliente.

Continuaron así durante un par de horas, hasta que algunos clientes empezaron a preguntar por Monty, incluyendo a algunos niños.

Esto último le pasó a Freddy, a quien en un momento sintió un tirón en su pantalón, al bajar la mirada se encontró con un niño de cabello negro con ojos de color avellana, el cual no parecía tener más de 10 años de edad. Sonrío un poco y se arrodilló para estar a la altura del niño. Aunque aún así seguía superando un poco la altura del pequeño.

— ¿Que ocurre pequeñín? —le preguntó dulcemente al estar más o menos a su altura—

— ¿Dónde está Monty? No lo veo —preguntó inocentemente con curiosidad en sus ojitos— Mami nos trajo para ver a nuestros animatrónicos favoritos y el no está —dijo ahora haciendo un puchero—

Aquello se le hizo a Freddy tan tierno, que no fue capaz de darle una respuesta negativa.

— Debe estar alistando aún pequeño, pero no te preocupes iré a ver cómo va, si está listo te lo presento ¿Si? —al momento de decir eso los ojos del pequeño brillaron de alegría y rápidamente asintió— Bien, ahora regreso. —dijo levantándose y componiendo se devuelta—