🌧CAPÍTULO 18: Impulso🌧

48 9 0
                                    

Mis manos se manchan de sangre cuando ayudo a Alice

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mis manos se manchan de sangre cuando ayudo a Alice.

Parece que la herida le quita fuerzas y hasta lucidez para avanzar. Aarón intenta levantarla en sus brazos, sin embargo, ella es alta y pesada para él, así que solo pasa su brazo bueno por sus hombros y la agarra de la cintura para ayudarla a andar con más facilidad.

Yo voy un paso adelante separando las ramas de los árboles porque por esta parte del bosque la vegetación crece más estrecha que lo normal. Escucho otro disparo detrás de nosotros y, por inercia, me cubro la cabeza. Estoy tan asustada y perdida que no sé hacia dónde vamos. Lo único que quiero es que nos alejemos del padre de Amber.

El fuego en sus ojos, la forma en la que apretaba los dientes me recordó a una fiera hambrienta y sin control. La determinación con la que actuaba me ponía los pelos de punta. Aún no sé por qué salí de la cabaña, por qué me abalancé hacia él para que no le hiciera daño a Alice, tal vez solo fue porque soy buena persona... no. No lo soy. Solo fue porque necesito más información para descubrir lo que le pasa a Blair.

Escucho la voz del padre de Amber desde algún punto en el bosque.

—Tú fuiste quien enloqueció a Amber. Fuiste quien difundió la información de lo que tenía. Por eso la gente en el pueblo le decían la loca —hace una pausa—. Solo necesitaba que la curaras. Mi hija creyó en lo que le dijiste, en las cosas que tú encontraste en ella. Atormentada por todo eso, enloqueció y se quitó la vida.

No perdemos el paso y seguimos adelante. Tengo la impresión que no está lejos de nosotros.

Él vuelve a hablar.

—Te voy a encontrar. Así como tú acabaste con Amber, yo acabaré contigo.

Nos detenemos al escucharlo. Está decidido a cobrar venganza.

Retomamos nuestro escape hasta que alguien nos embiste. Primero pienso que es algún animal que salió entre la vegetación, pero cuando veo unos brazos empujándonos y me topo con sus ojos dementes, sé que el padre de Amber nos ha encontrado. Todo pasa en un segundo, pero lo vivo como si estuviera pasando en cámara lenta. No suelto a Alicia y la arrastro conmigo al suelo. Primero caigo yo, luego Alicia cae encima de mí, sin embargo, se golpea la herida en algún arbusto. Suelta un grito, luego un lamento. Me repongo al instante, la arrastro lejos del alcance del comisario, quien estira sus brazos para agarrarle las piernas. En ese momento, Aarón pasa su brazo por su cuello y aprieta para ahorcarlo, pero el sujeto es más fuerte, robusto y alto, así que, a duras penas, se pone de pie y levanta a Aarón golpeándolo con sus caderas. Ambos dan un giro en el aire y el comandante cae encima de Aarón quitándole el aire de los pulmones en el impacto. Lo veo tratando de tomar bocanadas de aire, agarrándose el estómago, abriendo los ojos de par en par, las venas en su frente se dibujan cuando se pone rojo por la falta de oxígeno.

El comandante se levanta, le da una patada en la espalda y nos mira. Aprovecho ese momento y me abalanzo sobre él. Aunque mi ataque es torpe, logro empujarlo. Caigo al suelo boca abajo con las manos hacia adelante. Para mi suerte, agarro una piedra en la tierra mojada y, cuando mi atacante me agarra de mi ropa y me levanta, le golpeo con todas mis fuerzas en la cabeza. Él se mueve en el último momento, pero logro hacerle daño. Me suelta, resbala y cae de espaldas.

El suicidio de Lluvia ✔️Where stories live. Discover now