ASL contra el mundo [TERMINADA][Corregido]

-tormenta-

No podía creerlo. ¡Eran unos malditos secuestradores! Apenas se habían quedado dormidos durante unos minutos y ya estaban a kilómetros de la tierra, atrapados en el Moby Dick. Bueno, más precisamente, él estaba atrapado, ya que como siempre en sus tácticas de secuestro, habían separado al capitán de su tripulación. Aquellos eran su familia, pero... ¿tenían madre? No, no era el momento de pensar en tonterías.

-¡Acey, ven aquí, hermanito! - Thatch gritó mientras corría hacia Ace, quien parecía a punto de estrangularlo. Lo abrazó, y Ace pudo sentir el dolor de sentir los abrazos de su hermano una vez más. Pero esta vez, tenía que resistir. Se prendió fuego de inmediato, ahuyentando a Thatch, quien chilló. - Está bien, no más abrazos, Acey.

-Vamos, hijo, no seas tan duro con tu hermano. Gurarara - Barba Blanca se rió ante su nuevo mocoso rebelde.

-No soy tu hijo... los odio a todos, y espero que un rey del mar les muerda el trasero - Ace se lanzó a esconderse en algún rincón del Moby Dick. Después de todo, lo conocía a la perfección. Cuando finalmente estuvo solo, se acurrucó en una esquina, ocultando su rostro en sus piernas mientras abrazaba sus rodillas y lloraba en silencio. ¿Habrían sido tan felices si él no hubiera llegado a sus vidas? Estaba hambriento de contacto, necesitaba un abrazo de Thatch, un beso de Marco, tal vez sentarse con su papá mientras le contaba historias, jugar con Luffy y peinar el cabello de Sabo, meterse bajo la capa de Shanks... Respiró profundamente y se calmó. Tenía que ser fuerte. Esta vez no caería ante el secuestro. Tal vez solo ser amigo de los Barba Blanca y no llevarlos por el mismo camino desastroso, solo por su maldita sangre.

Se levantó y caminó por el barco, chocando con alguno de sus hermanos y lanzándoles gruñidos. Se sentó en una esquina para tomar aire y miró al cielo para relajarse. ¿Esa cosa en el cielo era una tormenta de nieve? Se levantó de un salto y miró al primer comandante que se cruzó en su camino.

-¡Oye! ¿Acaso no tienen navegantes en este barco? - Ace estaba agitado como un torbellino. Shirohige levantó una ceja y miró hacia donde Ace estaba mirando: solo algunas nubes plomizas.

-No hemos tenido navegantes en algún tiempo, desde que nuestro otro comandante se fue, pero tenemos a algunos que saben cómo mover el barco y lo básico como... ¿Trish? - Jozu miró a su hermano, que se acercó a Ace saludándolo. Ace conocía a Trish de su división.

-¿Ves lo que yo veo en el cielo? - Ace tenía un tic en el ojo.

-¿Unas nubes cargadas? - Ace le dio una bofetada a sí mismo y sacó un catalejo de su bolsa para que Trish lo mirara de cerca.

-¿Ahora ves lo que yo veo? - Ace casi gruñó.

-¡Maldición, Oyaji, es una tormenta de nieve! Tenemos que cambiar de rumbo - Trish salió corriendo.

-Bueno, al menos no son tan idiotas. - Ace suspiró mientras guardaba el catalejo.

-¿Por qué nos ayudaste, yoi? - preguntó Marco.

-Yo también estoy en el barco - respondió Ace.

-¿Eso significa que eres mi hijo? - La sonrisa en la cara de Barba Blanca era gigante.

-No, eso significa que no sé nadar - replicó Ace.

-Oh - dijo Barba Blanca, desinflándose un poco.

-Si... soy Puño de Fuego Ace, ya sabes... fuego - Ace se prendió fuego y se fue, dejando a Marco enamorado del fuego ardiente y su marca de alma se iluminaba.