Qiu Yi se rió, giró la cabeza y Bian Nan lo besó. Luego lo tomó de los hombros, le dio la vuelta y lo abrazó con fuerza. 

En estos días, los dos han estado viviendo como monjes ascetas. Antes no estaban de buen humor, pero después no habían tenido la oportunidad ni el tiempo, por lo que el beso de Bian Nan parecía estar sin freno y no podía detenerse. 

Frotando ferozmente el cuerpo de Qiu Yi, ya sea con sus labios o sus manos, todo actuaba con codicia. El cálido aliento de Qiu Yi y el tacto de su piel hicieron que fuese un poco imparable. 

Qiu Yi fue abrazado por él y retrocedió, Bian Nan lo presionó como si estuviera en medio de una guerra. Por lo que no tuvo más remedio que empujar hacia atrás la tabla de cortar. 

Al lado del pato, que aún no ha sido cortado. 

—¡Oye! —Qiu Yi frunció el ceño y empujó a Bian Nan. 

—¡Qué! —Bian Nan miró rápidamente hacia atrás, Qiu Yan todavía estaba estudiando el pastel: —¿Puedes ser más dedicado? 

—¡Apriétame dos veces más y tendré que sentarme sobre la sartén! —Qiu Yi suprimió el volumen de su voz y empujó nuevamente a Bian Nan. 

—Soy un jodido hooligan, ¿Quieres pelear? —Bian Nan fue empujado directamente sobre la pared que estaba detrás de él. 

—Peleemos —Qiu Yi sonrió, lo presionó antes de que pudiera hablar, firmemente contra la pared y lo besó. 

Efectivamente, apoyarse contra la pared era mucho más fácil. Bian Nan le respondió a Qiu Yi, abriendo su pantalón, metiendo la mano y agarrando su trasero. 

Justo cuando estaba a punto de tocarlo al frente nuevamente, Qiu Yi le mordió ligeramente la punta de su lengua y sacó las manos de su pantalón: —Este señor, contrólese. 

—¿Cómo demonios quieres que me controle? —Bian Nan estaba tan deprimido, que reprimió el volumen de su voz y señaló su entrepierna con enojo: —¿Estás seguro de eso? ¿Cómo quieres que lo controle? 

—Estoy igual —Qiu Yi sonrió y apoyó su cuerpo sobre él: —¿Vas a quedarte así en la cocina...?

—¡Oye! —gritó Bian Nan, y dobló las rodillas: —¡Que asfixiante! ¡Este día ha sido realmente complicado! 

Qiu Yi se enderezó los pantalones, se rió durante mucho tiempo, luego se dio la vuelta y tomó el cuchillo para cortar el pato: —Aprende de mí, y convierte todas tus emociones en trabajar con el cuchillo. 

—Me siento tan asfixiado que no puedo caminar erguido —Bian Nan se inclinó y caminó de un lado a otro detrás de él: —¡¿Dónde entra aquí la razón?! 

—Ya veo —Qiu Yi dejó el cuchillo y se volvió para mirarlo: —Ve y llama a Erbao. 

—¿Por qué? —Bian Nan quedó atónito. 

—Cuéntale cual es nuestra relación —dijo Qiu Yi. 

—¿Mierda? —Bian Nan se sobresaltó: —¿Estás loco? Finalmente ha vuelto a realidad de manera reciente, ¿y quieres volver a atormentarlo? 

—Entonces, ¿Qué quieres hacer? ¿No te sentías tan asfixiado que ya no podía caminar erguido? O de pronto comenzarás a correr en cuatro patas y entonces, tendré que buscar una cadena para poder atarte —Qiu Yi lo miró con los ojos entrecerrados. 

—Joder —Bian Nan lo señaló directamente: —Tarde o temprano, serás tú él que esté en cuatro patas y te follaré. 

Qiu Yi no dijo una palabra, pero después de mirarlo durante mucho tiempo se colocó feliz. 

DOS LOBOS Y UN BOLLOWhere stories live. Discover now