—¡No grites! —las manos de Bian Nan temblaron por un segundo, y luego se dio la vuelta: —¿Cómo piensas que va a explotar si ni siquiera lo he encendido? 

—Oh —Qiu Yan asintió, y cuando Bian Nan estaba a punto de extender la mano para encenderlo, agregó: —¡Ten cuidado, gran tigre! 

—¡Oye! —las manos de Bian Nan volvieron a temblar: —Lo entiendo. 

Estos dos petardos de doble explosión parecían detonadoras, y Bian Nan tuvo la ilusión de que debería tomar el petardo de doble explosión y luego correr hacia la posición del enemigo. 

La colilla del cigarrillo ya estaba cerca del fusible, y Bian Nan, estaba pensando en cómo darse la vuelta y huir de manera inmediata apenas lo encendiera, como si alguien disparara un cañón. 

Una fuerte explosión. 

Asustado, Bian Nan extendió el cigarrillo hacia el mortero y fusionándose con el fusible.  

Whoosh, whoosh, fue capaz de escuchar el sonido. 

—¡Mierda! —rugió Bian Nan, sintiéndose inexplicablemente asustado. Cuando se dio la vuelta y quiso correr, sus piernas tuvieron problemas. 

La segunda explosión vino detrás de él, tal como el primero. 

—¡Ah! —Bian Nan volvió a rugir, y se arrojó directamente sobre Qiu Yi. 

—¡Oye! —la mano de Qiu Yi todavía estaba sobre sus bolsillos de su abrigo, y no tuvo tiempo de sacarlas. Al abalanzarse sobre él de esta manera, solo retrocedió, y además con Qiu Yan detrás de él, los tres se tropezaron en un lío y como un bulto se estrellaron contra la pared. 

Después de llegara el segundo sonido desde el cielo, Bian Nan sacó a Qiu Yan que estaba sobre la pared, detrás de Qiu Yi: —Bebé, ¿no te apretujaron? 

—¡No! ¡Estoy usando ropa gruesa! —los ojos de Qiu Yan brillaron de emoción y su risa fue nítida: —¡Soy fuerte! 

—¿Qué te pasa? —Qiu Yi se sintió un poco divertido: —¿De verdad eres capaz de asustarte así con unos petardos? de esta manera, se puede considerar como el oponente legendario de la escuela deportiva y que más teme enfrentar. 

—¡¿Puede ser esto lo mismo?! —Bian Nan no podía explicar su coraje en forma de pollo en este momento. 

El segundo petardo fue mucho mejor, y después de que Bian Nan lo encendiera, no se dio la vuelta, ni tampoco salió corriendo. Solo dio un paso atrás y observó todo el proceso, desde el primer sonido, hasta el segundo. 

—Es demasiado peligroso dejar que Erbao juegue con esto —Bian Nan se frotó las manos, sintiéndose bastante cómodo. 

—Ya no puede jugar con esto —Qiu Yi sonrió y luego dijo: —ya que tú te adelantaste. 

—Error mío —Bian Nan frotó nuevamente la cara de Qiu Yan: —Simplemente nunca he hecho esto, y de pronto quise divertirme. 

—¿Cómo te divertías antes? el año nuevo con tu familia... —Qiu Yi no dijo nada más, sacó su teléfono y miró la hora. Agarró el cuello de Qiu Yan, que todavía tenía la intención de correr hacia otro lado: —Son casi las 12, ve a dormir. 

—¡¿Papá ya se fue a dormir?!  —Qiu Yan luchó. 

—¿Es realmente necesario que papá se vaya a dormir? —dijo Qiu Yi: —Si papá no se duerme hasta mañana, ¿lo ayudarás a dormir por él? 

—Entonces, ¿habrá flores en el cielo mañana? —Qiu Yan se dio medio vuelta y preguntó. 

—¿Lo vas a instalar tú o solo piensas ver? —preguntó Bian Nan con una sonrisa. 

DOS LOBOS Y UN BOLLONơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ