Chapter One : The Seed.

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Luego de un vaso de agua y una disculpa, todo había vuelto a la normalidad, Hyunjin se había tomado el tiempo de atender al muchacho con paciencia, sin presionarlo o apresurarlo cuando lo veía mirar hacia el techo o a los costados mientras buscaba las palabras en su reducido vocabulario, y buscando cada ítem de la lista que había traído escrita a mano en una hoja arrancada de un cuaderno cualquiera.

Por cortesía, le había terminado regalando un pequeño cuadernillo de notas, el cual le dijo que podía utilizar en esos casos para que mantuviera sus anotaciones ordenadas y no rompiera otro cuaderno.

El muchacho llevaba artículos estudiantiles, cosa que lo hacía suponer que estaría por entrar a la universidad, pero no hizo preguntas personales de ningún tipo más allá de su nombre para ingresar el pago y realizar la factura.

Para cuando Hyunjin hubo terminado, Minho ya tenía las pertenencias de ambos recogidas y había preparado el candado exterior de la puerta, listo para cuando pudieran irse.

Se habían retrasado al menos unos veinte minutos gracias al muchacho, no obstante el par de amigos se había ido con la satisfacción de dejarlo ir mucho más sereno y con un mapa detallado en mano de cómo llegar a la estación de trenes desde la papelería, cosa que él había agradecido mucho.

—. Era muy lindo.

Hyunjin, en silencio, tan solo balanceó la cabeza para asentir, soltando una risa cuando su amigo le dio un empujón mientras caminaban y por poco lo estrelló contra la vitrina de otra tienda.

Generalmente el menor del par acompañaba al contrario hasta su trabajo, luego cruzaba la calle y regresaba sobre sus pasos por la acera opuesta para tomar el tren de regreso a casa y acostarse en su cama con toda la disposición de enviarle un mínimo de cien videos y mensajes por la noche al castaño.

De esa forma había sucedido esa vez, Minho se despedía sigilosamente desde el ascensor en el interior del edificio en el que laboraba como agente de seguridad, y Hyunjin agitaba el brazo entero dándole una evidente despedida hasta que se cerraban las puertas, luego de eso, regresaba solo y en silencio.

Aproximadamente a una cuadra de la estación del tren, encendía sus audífonos y ponía cualquier canción en aleatorio que lo aislara del ruido que hacían las personas alrededor, y entonces caminaba hasta el andén y se detenía en el extremo frontal de la estación, a la espera del siguiente tren.

Esa tarde, cuando faltaban unos diez minutos para que llegase el tren, el pequeño toque que sintió en la espalda lo hizo sobresaltarse, un salto ligero pero dramático en el que había perdido uno de sus audífonos dejándolo caer en las vías del tren.

Con una mano sobre la oreja en la que ya no estaba su audífono, tan solo se dio la vuelta y su mirada fue impactada una segunda vez por aquellos profundos ojos azules, que una vez más lo miraban con angustia.

—. Lo siento mucho, te hice perder tu audífono.

La disculpa era sincera, sin embargo el más alto negó con tranquilidad, si se sentía enojado era probablemente más consigo mismo que con él.

El más bajo no se había perdido gracias al mapa que todavía sostenía en su mano, pero había vuelto a preguntarle la forma de llegar a otro lugar, acercándose a él con toda la seguridad ya que sabía que era el mismo chico que lo atendió en la tienda según decía.

—. Para empezar, estás en el lado incorrecto de la estación.

Parecía tener muchas cosas por hacer y el día se le estaba viniendo encima, por lo que Hyunjin sintió cierta compasión.

La tarde apenas iba a la mitad, así que sabiendo que tenía tiempo para dibujar unos cuantos mapas más, se sentó en una de las bancas y mientras parecía concentrado en tratar de recordar cuidadosamente las calles, la voz grave y tímida de Lee Félix lo alcanzó.

Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]Where stories live. Discover now