Mi pequeño Alfa

26. A oscuras

—¡Joss, a la cárcel! —exclama Tay feliz y aliviado.

Están jugando monopoly en la casa del último mencionado. Están de vacaciones y es invierno, así que decidió invitar a sus amigos a jugar videojuegos y comer pizza. Claro que no esperaban que se fuera la luz y tuvieran que jugar juegos de mesas con velas alrededor tratando de no incendiar el tablero.

Están sentados en círculos alrededor del juego. Viene Joss, a su derecha Tay, New, Lee, Luke, Gun y Off, respectivamente. Quedando Off al lado izquierdo del pálido.

La verdad al comienzo se supone que sólo invitaría a Joss y Luke pero luego de la confesión de New y Lee se había hecho amigos de ambos. Y para que mentir, le es imposible no sonreír cuando el solecito de New está junto a él. Gun y Off simplemente habían sido arrastrados por Luke desde la pieza del menor para que jugasen con ellos.

—No caí ahí. Me tocó siete, no ocho —se queja Joss pero todos se van contra él contradiciéndolo.

—Joss no sabe contar~ —canturrea Off contento pues luego de Joss el que tiene más propiedades es él. Ya se ve todo millonario viviendo en una mansión con Gun y Tara, los tres vistiendo trajes caros.

—Bueno, si me voy a la cárcel va a ser por homicidio —lo amenaza a juego.

—Uy qué miedo —insinúa con sarcasmo Off alias el irrespetuoso con todos excepto con Gun, obvio.

—Gun controla a tu pulga.

—¡Hey! Ya ve a la cárcel Joss, cada segundo que pasa son menos turnos de Tay cayendo en mis hoteles —trata de defender Gun pero distrayéndose en el proceso. Casi nunca gana algún juego, esta es su oportunidad.

Todos comienzan a reír, pero sin percatarse de que la risa de Luke apaga una de las velas principales, el pequeño del grupo apaga otra con malicia y New bota accidentalmente la otra pero la apaga antes de que se haga un incendio.

—¡No veo nada! —exclama New, chillando de miedo y casi abrazándose a Tay, quién agradece que no haya luz puesto que sus mejillas se han puesto rojas.

Off aprovecha para tratar de robarle un beso a Gun, pero en cuanto siente la respiración del otro en su cara recibe un manotazo.

—¡Ah, Gunnie! No tenías que golpearme...

—Gun, tu mocoso está tratando de besarme.

—¡¿No era Gunnie-Gu?! —pregunta Off sorprendido y asqueado.

Todos ríen, incluyendo Gun. Pero al lobo de este no le parece muy gracioso, así que toma de la mano a Off y lo tira hacia él. Una vez lo tiene a su lado Off se agarra a su brazo para que no se le pierda de nuevo y olfatea un poco su camisa, inconsciente de que lo está haciendo sentir mejor. Avergonzado pero pudo ser peor, pudo haber gruñido.

—Hay que buscar fósforos o algún encendedor —apunta Lee. Si bien es cierto que pueden usar las linternas de los celulares, deben ahorrar batería.