Después de esa escena en la cocina y de haber secado los platos salieron de casa nuevamente. Haruchiyo dejo muy en claro, varias veces durante el camino que era una cena elegante y de negocios, que todo lo que dijeran en el lugar era importante y que nada se te podía olvidar así que debías de estar muy atenta y que no te separaras de él.
Una vez ya en el centro comercial el estaciono su auto y entraron al lugar.
— Ve a ver qué más te gusta, solo recuerda que deben de ser de tonos morados, rosas o lilas oscuros.
— Y cómo por qué esos colores?
— Es que de ese color va a ser mi traje y sería lindo ir a juego —dijo el pelirosa entre risas—
Sin más entraste al centro comercial con Haruchiyo a tus espaldas, los dos iban viendo los aparadores, observando vestidos, zapatos, joyería, entre otras cosas más que distraían al pelirosa, había un vestido que captó tu atención por completo, era un rosa oscuro, de espalda abierta y una apertura a la pierna, no era muy extravagante ya que recordaste lo de "cena formal".
— Me gusta ese
Le hablaste a Haruchiyo, el observó la prenda de arriba a abajo, su ceño se frunció un poco para luego mirarte y abrir su boca para hablar.
— Es lindo pero, ¿no lo tendrán en un tono más claro?
— Pues vayamos a preguntar no?
Él asintió y los dos entraron a la tienda, la mujer que atendía les menciono que si lo tenían en un rosa pálido solo que cambiaba la apertura de la espalda por una en el pecho, a mí no me molestó y al parecer a Sanzu tampoco, de hecho me atrevería a decir que le facino el diseño. Una vez entregado y pagado el vestido fueron por el resto de accesorios, zapatos y joyería, al llegar a la joyería el vio varios collares largos que tenían un juego con sus respectivos aretes. Tú por otro lado re desentendiste de esa parte ya que él quería algo lindo, a ti me daba igual la joyería, Sanzu vio varios diseños hasta que sus ojos se fijaron fuertemente sobre un colgante de oro, era largo con un pequeño solcito como decoración, sus aretes a juego eran dos lunitas pequeñas, al parecer le agrado mucho y lo compro
Una vez todo listo y pagado caminaron hasta el auto nuevamente para así irse al departamento del pelirosa, el trascurso fue agradable y bastante activo, ninguno de los dos se quedó sin tema de conversación hasta que tocaron el tema del evento de esta noche.
— Si...tengo un par de reglas muñeca.
— ¿Ah si?
— Ajam... No quiero que hables con mi rey, no lo mires a los ojos cuando te lo presente si no quieres quedarte sin cuello, no hables a menos de que te lo diga yo y no te alejes de mi, no quiero ver cómo otros idiotas van tras de ti ¿Entendiste?
Quedaste muda con lo primero, lo más que pudiste hacer fue un sonido de afirmación que sono más como un lamento, no sabías en qué putas te habías metido ahora y con quienes te habías metido.
En lo que restaba del viaje recordaste como llegaste a este punto, solo trabajas en la cafetería sin hacer nada malo, ayudabas a tu hermano menor con el colegio y volvías a casa sana y salva, no te estresabas de nada ya que siempre había solución para todo, pero esto ¿tendría solución? No lo sabías pero esperabas y deseabas desde lo profundo de tu corazón que si y que nada malo pasará en el trascurso de ello.
Tus pensamientos se dispersaron cuando el auto freno, ya habían llegado al departamento del pelirosa, ambos bajaron del auto junto con las cosas que él había comprado, eran bastantes a decir verdad pero no era algo que no pudieran llevar con ambas manitas, bueno el dos y tu una ya que tenían que abrir la puerta, al entrar al departamento dejaron todo el sillón y el peli rosa camino hasta su habitación tú por intriga lo seguiste hasta que viste sus intenciones, dormir, cayó en la cama como si fuera un tronco...otra vez.
