— ¡quiero que papá venga! — sollozó BeomGyu asustado, llorando de miedo. — ¿dónde está Jinnie?

— no lo sé, mi amor, no lo sé. — contestó su tío tembloroso.

— ¿hay un cuarto donde estén seguros? — preguntó WonHo, tomando al pequeño príncipe y a la princesa. — aquí no es seguro.

— hay un cuarto con pasadizos. — contestó YoungJae, apretando las manos de su sobrino mayor. — allí podemos escondernos.

— bien, vamos.

YoungJae tenía que hacer de guía, mientras que WonHo cargaba a los dos niños entre sus brazos. Llegaron a un cuarto pequeño, donde lograrían estar a salvo. Los niños estaban aterrados llorando, pero su tío los hizo callar para estar escondidos.

— ¿puedes buscar a JiSung? — preguntó el príncipe, asustado. — él es el único que puede detener todo esto.

— ¿quién es JiSung? — preguntó el fortachón.

— es el encargado de la seguridad del palacio, él me hizo saber que había peligro. — le informó, a punto de colapsar en llanto. — él es nuestro aliado. Puedes buscarlo en su cuarto, en el piso inferior a este, por el ala este.

— no sé si sea buena idea dejarlos a ustedes solos. — comentó preocupado.

— tendremos dónde ocultarnos, pero mi hermano ahora corre peligro. — le dijo temblando. — por favor... confío en ti...

WonHo le dio una sonrisa para transmitirle calma y corrió a abrazarlo, dándole un dulce beso en la frente.

— volveré rápido. — contestó, separándose para irse.

— WonHo... — le detuvo. — si salimos con vida de esto... te invito un café, calentito, dentro del palacio.

— dulzura, me encanta cobrar promesas. — le guiñó un ojo y se fue.

No tenía ni puta idea de dónde estaba parado, así que solos siguió a su instinto, hacerse el tonto con todos, hasta que chocó con su queridísimo amigo de espadas.

— ¿¡tú!? — le gritó él confundido.

— ¡tú! — gritó ahora HoSeok con emoción, dándole un abrazo. — oye, ando sin tiempo, así que ayúdame a buscar a un tipo, a un tal JiSung.

— ¿qué carajos?, ¿cómo sabes que hay alguien llamado así?, ¿por qué lo buscas? De hecho, ¿de dónde saliste?

— te dije que no tengo tiempo, una dulzura deliciosa y unos niños están en peligro. — le informó rápido, tensando a su amigo. — compadre, usted y yo vamos a echar el chisme de la vida, pero ayúdame a buscar al otro compadre.

— bien, pero ponme en contexto en lo que lo buscamos. — demandó HyunWoo. — ese sujeto por lo general está en las salas de reuniones o aislado de su habitación, pero ahora debe de estar en la boda.

— iban a matar a los niños y a ese principito de ojitos tiernos y él comiendo pastel. — se quejó, dejando peor a su amigo. — ¿qué te pasa?

— si iban a matar a los príncipes, significa que ese sujeto no está trabajando.

— según YoungJae, él es un aliado. — le informó.

Son supuso lo peor.

— entonces debe estar muerto. — teorizó, tomando del brazo a su amigo para empezar a buscar a ese hombre.

Contra el guardia no tenía nada, es más, le debía la vida entera. Si él salvó a su Ro, entonces ahora lo ayudaría a combatir la gran amenaza que se acercaba.

Corrieron a su cuarto, encontrando la puerta cerrada y trabada, pero con pequeñas gotas de lo que parecía ser sangre. Ambos se miraron mutuamente y golpearon la puerta a la par, rompiéndola de una patada. Allí dentro, estaba JiSung, que apenas podía levantar la mirada. HyunWoo se acercó a revisarlo.

El pobre tenía heridas profunda en sus piernas, seguramente para que no pudiera levantarse y, tan siquiera, caminar. Su rostro estaba reventado por varios golpes, hinchado y lleno de sangre. Al abrir su camisa, vio hematomas enormes, cardenales, de los mismos que Ro tuvo cuando sobrevivió a ese Samurai.

— los príncipes... — murmuró el hombre, adolorido. — el príncipe YoungJae...

— hay que llevarlo con los príncipes. — indicó WonHo, acercándose a ver su estado. — YoungJae quiere verlo.

— ¿y cómo lo llevamos?

WonHo pensó rápido y corrió a tomar ropa del hombre para hacerle torniquetes a sus piernas y evitar que siga sangrando, luego lo envolvió en una manta y ayudó a que su amigo lo cargara.

Si de este hombre dependía la vida de todos en este palacio, entonces estaban más que jodidos.

Al llegar con los príncipes, YoungJae recibió al guardia entre sus brazos y lo acomodó en un sofá que había en el cuarto. Ni siquiera había agua para limpiar sus heridas.

Los niños, que de por sí ya estaban asustados, quedaron aterrorizados al ver a su guardia así, incluso lo consideraban un amigo. HyunWoo los miró con pesar... Ellos eran hijos de su enemigo jurado, pero eran niños, niños atemorizados, sensibles y dolientes, al fin y al cabo, pequeñitos.

Se sentó con ellos y los abrazó, intentando contenerlos a los 3. Como le había enseñado a Ro.

— sé que no soy su amigo ni amigo de su padre, pero Ro los ama con toda su vida, así que ahora van a cerrar los ojitos, a cubrir nuestros oídos y van a pensar en lo que más desean, y yo, por mientras, los voy a defender de los hombres malos, ¿sí?

— pero no eres JinYoung... — sollozó el más pequeño, así que Son le regaló una sonrisa amable.

— todo lo que JinYoung sabe, es lo que yo le enseñé, así que podré tomar su lugar unos minutos en lo que él llega...

Si es que llega.

Quería salir a buscar a su amado, pero no podía dejar a su amigo, al guardia y a los niños solos. Necesitaban protección.

Ahora, más que nunca, se aferraba a la idea de que JinYoung, sobreviviría a otro ataque de este maldito lugar.

Slave (JJP)Where stories live. Discover now