Talk

993 91 11
                                    

2006

— ¿Estás lista para hablar?

— Creo que sí.

— Detente en cualquier momento que lo necesites, ¿de acuerdo, Shinobu?

— Sí.

— Pues adelante.

Lo describiría como un túnel. Ingresas por un lado, no sabes que habrá dentro, esperas llegar a su otro extremo. Pero es un túnel de miedo.

Creo que lo único que sirve para describirlo es esa palabra: miedo. Lo que pasa es que no es el tipo de miedo que le tienes a las arañas, a las serpientes o los payasos. No es un miedo que normalmente compartas con otros, ni del que se pongan a hablar o bromear. No es fácil decirselo a alguien más, así que no estoy segura de cómo hacerlo.

Es horrible tenerle miedo a la persona de la que te enamoraste una vez. No digo que un miedo sea agradable, pero insisto en que es distinto.

Un día, todo parece estar bien, ¿sabe? Hay regalos, besos, hablan, bromean. Nunca sabía cuándo o qué iba a molestarlo, intentaba evitar que se pusiese así todo el tiempo. Pensaba en cuando nos conocimos, o en las primeras veces que salimos, y lo comparaba con ese momento, y me daba cuenta de que no tenía idea de lo que había pasado.

Se me ocurrió pensar que debía ser mi culpa. Eso es lo que te hace. No podía decir o hacer algo sin sentir que era incorrecto; él lo repetía siempre, así que empecé a decirme que si Douma lo decía todo el tiempo, debía ser por una razón. Debía ser porque era verdad, porque yo no hacía nada bien.

Ese es el suelo del túnel. Es la inseguridad, creo, sobre ella se asienta todo. No sé si exisitirá otra palabra para ponerlo, tal vez usted conozca un término para esto, pero yo no.

Luego vienen las acciones. Primero, con disculparme por lo que fuese estaba bien. Después, ya no.

Los empujones dolían, cuando me sujetaba con fuerza dolía. Los golpes definitivamente dolieron. No sabía qué hacer, porque no entendía por qué. Es cómo estar en shock, un shock extraño; estás ahí, viendo a esa persona con la que haces el amor, enojada, actuando así, y luego te fijas en lo que acaba de hacerte, y tu mente no saber hacer la conexión entre ambas cosas. No parece que fuese capaz de hacerte eso. Dudo que alguien piense que su pareja puede hacérselo.

Cuando pasa una vez, pasa otra vez. No sé si todos empiezan así, solo fue lo que él hizo. Cosas que podía excusar con un juego o un reclamo, un momento de mal humor, cosas que yo dejaba pasar porque no estaba segura de que más hacer. Porque no quería pensar en que más hacer.

Te centras en lo que fue bueno, las citas, los viajes, los regalos. Cuando es amable,lo ves como si fuese algo enorme, como si te hiciese un favor. La felicidad te deja ciego. Cuando te trata mal, buscas cubrirlo, disimularlo. Douma estaba enojado, Douma estaba estresado, lo hice molestarse, yo hice, yo hice, yo dije, yo causé, yo provoqué. Todo era yo. Todo el tiempo pensaba que era yo.

Estaba segura de que tenía arreglo, de que se podía solucionar. Cuando Douma se hubiese tranquilizado, o la siguiente vez que se disculpaba. Cuando pedía perdón, yo juraba que estaba arreglado. Quería creerle. Y nunca lo estaba, porque se repetía.

Entonces, con el tiempo, va subiendo la intensidad. Va haciendo más. Más daño, más dolor. Da más miedo.

Las paredes del túnel son de miedo. Miedo a lo que dirá, miedo a lo que hará. Ese miedo que hace que cuando te ve de cierta forma, te encojas, que huyas, que hagas lo que sea para evitar que continúe, que se ponga así.

Hubo un tiemp en que creí que me iba a casar con Douma, ¿se lo imagina?

¿Se imagina lo que sería ahora?

Esas paredes imaginarias se cerraban cada vez más encima de mí. No podía respirar, pero al mismo tiempo sí. Era extraño, no sé si me entiende. Era como si tuviese algo atorado en la garganta todo el día, en especial cuando lo veía, se hundía, me apretaba el pecho, pesaba. El aire todavía entraba cuando inhalaba, pero yo no me sentía bien, no lo sentía suficiente, no sentía que en verdad respirase.

Justifiqué todo lo que pude. Me dije que exageraba lo que hacía, me dije que no era nada. Que esas cosas pasaban todo el tiempo.

No dormía bien cerca de él, me tensaba cuando llegaba a casa. No quería hacer nada, para evitar molestarlo más.

Cuando pasó... lo que le dije que pasó, ¿recuerda? Ahí pensé que yo no le habría hecho eso. Tal vez fuese cosa mía, pero yo no habría sido capaz de golpearlo, ni siquiera por defensa. Podría haberlo hecho, en mi época de preparatoria y universidad fui excelente en artes marciales. Podría haberlo derribado, podría haberlo herido. Pero yo no quería.

Jamás quise lastimarlo, sin importar lo que hacía. La única vez que hice algo parecido fue porque me estaba asfixiando con la mano en mi boca y nariz.

Pero me hizo pensar. Mi mejor amiga se casó y sé que su esposo jamás le haría algo parecido, ni ella a él. Mi hermana tenía un prometido y estaba segura de que a pesar de la ruda apariencia de este, bajo ningún concepto podría hacerle una cosa así a Kanae. Tampoco conocía a alguien que hubiese pasado por una cosa así, y no me hubiese atrevido a mencionarlo porque, ¿qué pasaba si Douma se enteraba?

Debió ser cuando me di cuenta. En algún momento me hizo muy feliz, pero ya no lo estaba haciendo. Cuando intento pensar en él, es esa parte desagradable la que más recuerdo.

Yo estaba segura de lo que había amado. Antes, en algún punto. Si yo no lo hubise lastimado, ¿por qué él a mí sí?

Ahí estaba mi respuesta.

Sí, creo que la metáfora del túnel me gusta. El suelo es la inseguridad, y las paredes son el miedo. Se está cerrando, me está atrapando. Hay un final, pero está demasiado lejos.

Todo es raro, un poco irreal. Al principio, no puedes creer que lo hace. Lloré mucho esos días.

Pero entendí. Tuve que entenderlo.

Cuando tengo dudas, lo único que hago es preguntarme qué hubiese pasado de seguir así, de no haberlo dejado. Y recuerdo por qué lo hice.

Estaba en un túnel, ¿eso le sirve?

.

.

.

.

.

.

Los créditos por completo de este capítulo corresponden a  BocaDeSerpiente

Plasmé este capítulo exactamente cómo en su fanfic Drarry, Diferencias, ya que no hay una mejor manera de narrar dicha situación como este lo hizo. Si les gusta el Drarry, leanlo, es buenísimo.

Y bueno, este es el capítulo final del fic que trata de Shinobu hablando con su terapeuta. Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, espero de todo corazón que hayan disfrutado la lectura. Y porfa, si estás pasando por situaciones así, busca ayuda y no te quedes ahí, nadie merece ser tratado de esa manera, sino, tener una hermosa y sana relación como la de Giyuu y Shinobu en este fanfic. Si no sabes con quien hablar de ello, yo estoy aquí dispuesta a escucharles y ayudarles dentro de lo que pueda.

Lo único que queda es un epílogo con el punto de vista de Giyuu, que espero publicar pronto.

Los quiero mucho, y espero nos veamos en el próximo fic. Hay más GiyuuShino en mi cuenta, por cierto XD.

Real Love Doesn't Hurt (GiyuuShino)Where stories live. Discover now