Try To Force/Force

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2005

Shinobu intentó empujarlo por los hombros, pero eran esfuerzos vanos porque ella era más débil que él. Quiso protestar también, pero Douma le dio un beso rudo que le cortó el aliento y la calló. Cuándo finalmente la dejó ir, sintió cómo una mano subía la tela de su falda y la otra le desabrochaba la camisa.

— Espera... Douma, espera. Acabo de llegar, estoy cansada.

Aún así el siguió su cometido, desabrochando el antepenúltimo botón de su camisa.

— No necesitas esforzarte, yo puedo hacer todo el trabajo.

Shinobu empujó con algo más de fuerza, logrando que la soltara. Pero se arrepintió prontamente de hacerlo cuándo notó la frialdad en su mirada. Él estaba a nada de enojarse, lo sabía bien.

— Solo, no tengo ganas. — refutó en un hilo de voz, no muy segura de si estaba bien haber dicho aquello. Se sintió en extremo culpable cuándo observó la manera en que él se alejaba de ella y se acostaba de lado en la cama, mirándola de esa manera que la hacía estremecer, en el peor sentido.

— No puedo creer que te hayas negado. Soy tu novio, no puedes decirme que no.

¿Eso funcionaba así?

Shinobu sintió que debía disculparse, aunque no comprendiera en su totalidad porqué.


2010

Los besos que Giyuu le daba en el cuello le hacían cosquillas, cosa que demostraba con las risitas que dejaba en escapar. Sus grandes manos dejaban suaves caricias en sus piernas y Shinobu le dio un leve empujón mientras lo llamaba por su nombre.

— ¿Pasa algo?

— Es solo que ... no tengo ganas. Estoy cansada. — le respondió en un susurro, tenía la disculpa en la punta de la lengua. Pero él asintió en respuesta y dejó un beso en su mejilla, para luego recostar la cabeza en su pecho y rodearle la cintura con los brazos. Shinobu lo miró, expectante por una respuesta.

— Déjame decirte que esta noche tendrás el privilegio de ser mi almohada personal.

— Tienes ese privilegio casi todas las noches. — replicó con diversión, sonriendo amplio. El llevó el dedo índice a sus labios.

— Shhh, no lo arruines.

— Tendrás que pagar este servicio con chocolates.

— Las almohadas no hablan.

Shinobu rió de nuevo, y lo envolvió con sus brazos, sintiendo la respiración acompasada sobre su pecho. Esta vez, no se sintió culpable.


Real Love Doesn't Hurt (GiyuuShino)Where stories live. Discover now