Capitulo 5

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Todos están reunidos todos alrededor de una enorme mesa de madera donde la comida. Todos están arrescostado en las sillas esperando que terminase de llegar el resto. Oxierr acompañados de sus camaradas se sientan alrededor de la mesa dejándome al lado del moreno y del capitán que me pone su mano en mi cabeza para alborotarme el cabello.

— ¿Cuánto tiempo has estado en la deriva? —me pregunta el capitán del barco.

—Ni idea—le contesto ensimismada en los platos de comida, fijando mi mirada en el que está justo frente a mí—. Lo único que sé es que tengo hambre.

Todos se echan a reír nuevamente incluyendo al hombre de cabello canoso. Agarro un trozo de lo que parece ser carne y me lo meto a la boca.

Oh Dios...

Sin pensar en nada, empiezo a devorarme todo lo que hay en el plato hasta dejarlo reluciente dejando a todos sin palabra alguna.

— ¡Cherry! ¡Ve y trae más! —dicen al unísono varios de lo que están reunido a la mesa.

Un chico que parece más o menos de mi edad, llega con una hoya sopera llena de arroz y otras cosas que no logro identificar. El capitán que también le echa un vistazo le dice al muchacho que le traiga una de esas a él que también ha quedado con hambre. Cherry tuerce los ojos refunfuñando que "no puede ser que tenga que preparar más de lo que él suele preparar en una semana".

—De todas formas ya vamos a llegar a la próxima isla, así que podemos darnos el lujo de comer más para luego saquear.

El chico que rechista con fuerza las órdenes del capitán, se va yéndose detrás de una puerta. El capitán me deja comiendo todo lo que hay en la hoya mientras que el resto hablando del plan que tiene armado apenas lleguen a la isla más cercana. En mi mente solo pasa una cosa: si ellos están tomando el camino hacia el tesoro del rey de los piratas, puede que consiga a Luffy en el camino, y si lo consigo puede que se lo muestre a mi familia para demostrarle que si existe.

Al llegar a la mitad de la hoya, quedo lo suficientemente llena como para quedarme tranquila en la silla sin ni siquiera moverme de donde estoy mientras escucho como hablan los hombres.

—Lo ideal sería tomar la ruta que nos lleva a Jardín Pequeño—dice Oxierr.

—Sí, pero si no quedamos en Jardín Pequeño, la brújula tardará un año entero en poder dar a la próxima parada—replica el capitán apoyando sus codos en la mesa y con las manos en la nuca se a soba con fuerza—. El resto es muy arriesgado sabiendo que los Ichibukai están merodeando esta zona.

— ¿Los temibles guerrero del mar? —pregunta el sujeto al lado de Oxierr—. ¿No y que era un mito esos "tipos"?

—Ojalá fuese un simple mito...—contesta Oxierr metiéndose a la conversación—. Hay que tener cuidado con esos monstruos que están al asecho de uno.

— ¿Qué recomiendas? —pregunta el capitán señalando a Oxierr que se cruza de brazos riéndose apretando los labios—, prefiero guiarme de lo que puedas decir, Oxierr. Después de todos conocer más esta ruta que cualquiera de nosotros. Después de todo, ya has estado aquí antes.

Oxierr asiente con la cabeza sacando de su bolsillo un Eternal Pose con las palabras "Jardín Pequeño" tallada en la parte de abajo. El capitán hacia adelante para tomar la brújula entre sus manos y detallar cada parte de esta.

— ¡Josh! Dile a Macom que estamos yendo en dirección contraria —dice el capitán lanzándole el Eternal Pose a uno de los hombres que está cerca de la puerta—.apúrate para que el mal tiempo no te agarre.

— ¿El mal tiempo? —le pregunto al hombre de las canas voltiendo mi cuerpo hacia donde está—. ¿Pero si hay sol?

—Vuelve a ver, pequeña.

Me separo de la silla para poder levantarme de donde estoy. Al pasarle por un lado a la mesa rodeada de piratas que murmuran algo en voz baja junto con su capitán me asomo a la puerta abriéndola.

Al darme la luz del día en la cara, me echo hacia atrás por la iluminación que me enceguece por momento. Apenas mi vista se ajusta a la cantidad de luz que hay veo el hermoso clima que hay. El sol está a lo alto del cielo, los pájaros cantan sin cesar encima de nosotros y no hay ni una sola nube que tape el increíble azul que hay.

—Insisto... que...no hay mal... clima—le contesto entrecortada viendo el hermoso paisaje—. Todo se ve lindo por acá.

Me volteo para verle la cara a todos al ver lo muy equivocado que están. Justo cuando volteo mi cuerpo hacia donde están todos ellos, la puerta se cierra de un portazo sobresaltándome por la impresión que es para mí esto.

—Dentro de un rato debe de caer un chubasco de agua—dice Oxierr con una sonrisa mirando hacia donde estoy—. El clima de La Gran Ruta Marítima suele ser muy cambiante... a veces está bien, y otras veces... no.

The Grand LineWhere stories live. Discover now