🌧CAPÍTULO 17: La persecución🌧

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—Si Amber, Lluvia y Blair estudiaban en el mismo instituto, ¿por qué no les hizo daño ahí? Estaban a su merced —dice Aarón.

—Porque cuando morimos, Dios es quien cuida nuestra alma, pero cuando una persona se suicida, es una acto hereje que Dios no aprueba, por lo tanto tu alma está deambulando y es ahí donde el mal la toma.

—Ellas nunca se suicidaron, fueron obligadas a hacerlo —comento.

—Lo sé —dice—, pero obligadas o no, murieron por mano propia.

Suelto un suspiro de dolor. Me agarro el pecho y recuerdo a Lluvia. Siempre fue muy feliz, su autoestima era la mejor, tenía el don de que las personas la amaran con tan solo verla, a comparación de mí. Era fácil darse cuenta de quién era quién, pues solo hacía falta ver su entusiasmo con la que vivía, su sonrisa que me recordaba a la puesta del sol, el brillo en sus ojos cuando miraba la naturaleza que le rodeaba.

Y lo mismo pasa con Blair.

—No entiendo por qué la eligieron si Lluvia amaba la vida —susurro.

—Por su energía.

Ladeo la cabeza a un lado y frunzo el ceño.

—¿Su energía?

—Así es —explica—. Según los antecedentes de Amber, era una buena hija, excelente alumna, querida amiga. No había razón por la cuál desearía acabar con su vida. Y Lluvia, por lo que me cuentas, era similar. Ambas tenían una energía positiva, una energía salvaje. Justo la energía que se busca para alimentar estos entes.

Quito la mirada y me agarro los cabellos mientras camino hacia una de las ventanas. Siento que el oxígeno cada vez es más escaso aquí. Sé que el problema soy yo, pues estoy rodeada de miles y miles de árboles. Miro hacia afuera a través del vidrio. Los árboles llenan todo el espacio, la hierba se confunde con varias hojas y ramas secas, mientras veo caer algunas gotas de una llovizna.

Miro hacia el cielo por medio del espacio que hacen las copas de los árboles. El cielo tiene un color azabache.

—¿Qué debemos de hacer para salvar a Blair? —escucho preguntar a Aarón.

Creo que es la primera vez que alguien pasa regular tiempo conmigo desde que me escapé de mi casa. Escucharlo, me da una pequeña calma y me libera un poco del peso que cargo en los hombros desde que volví. Sé que no estoy sola como siempre.

—Como les dije, lo primero que deben hacer es averiguar quién es el sacerdote que unió a las tres para que ese ente pueda tener sus almas.

—Creo que sabemos quien es. Ya lo hemos visto. ¿Luego?

—Eso es lo complicado —dice.

Me vuelvo y la miro sobre mi hombro.

—¿Por qué? ¿Qué tenemos que hacer? —pregunto.

Alice alterna la mirada entre Aarón y yo.

—Las almas de Amber y Lluvia están deambulando hasta que Blair se suicide —Veo como Aarón me mira con el rabillo del ojo—. Cuando las tres almas estén listas, el ente se podrá alimentar de ellas. Pero, para que eso no ocurra, no deben dejar pasarlo, y para ello, deben romper el vínculo frágil.

—¿Quieres decir que debemos matar al sacerdote? —la voz de Aarón tiene un ligero temblor.

Confieso que yo también tengo miedo de hacer algo incorrecto, pero en mi vida la mayoría de personas me han hecho daño, hasta las personas que deberían haberme amado y cuidado, me rompieron. Si quiero salvar a Blair, debo hacer lo que sea necesario.

El suicidio de Lluvia ✔️Where stories live. Discover now