Besar a Eva Rider no debió suceder en primer lugar. Tal vez porque no pedí permiso, tal vez porque lo hice para salir de un apuro o tal vez porque no estaba preparada para todo lo que ese beso provocaría.
HISTORIA CON CONTENIDO +18
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- Todos los...
Nada pues, je je, nos leemos en la n/a2, esto está intenso.
Comenten mis locas, y funa a quien no vote y comente ;)
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EVA RIDER
─¿Tienes un gato? ─cuestiona Céline y asiento enseñándole una de las miles de fotos que le tomé hoy en la mañana mientras tomábamos el desayuno juntos.
Si bien, la idea de dejarlo solo en casa me pareció horrible y me hace sentir mal, es prohibido traer mascotas a la universidad, al menos que seas de Veterinaria y en alguna clase te den permiso.
─Está feo. ─murmura y frunzo el ceño llevando el teléfono, la foto, hacia mi pecho.
Puede que sí esté rarito porque está chiquito, pero solo yo puedo molestarlo.
─No es cierto. ─repongo mostrándole otra foto en donde sale con una pelota verde, uno de los tantos juguetes que le compramos ayer. ─Está chiquito, pero no es feo, será muy lindo de hecho.
Ella hace una mueca de horror.
─No sabía que querías una mascota.
Me encojo de hombros. ─No me lo estoy quedando, solo le estoy haciendo el favor a Marceline de cuidarlo hasta que le encontremos un hogar.
Céline se mantiene en silencio por unos segundos y luego asiente.
─Entonces lo haces por ella. Sabía que no era tu decisión tener uno. Es demasiada responsabilidad.
Dejo mi celular en la mesa y cruzo mis brazos sobre la misma.
¿Demasiada responsabilidad para mi? ¿Cree que no soy capaz de cuidar a un gatito?
─Bueno... no está en mi casa por mi decisión, pero tampoco me molesta tenerlo. Es... divertido y algo lindo, me sigue a todos lados y le gusta que le acaricie la cabecita. Me agrada Oreo.
─¿Le pusiste nombre?
─Sí, como lo acabas de escuchar. ─sentencio.
Bien, me estoy cansando de ser amable ¿Porqué no puede solo alegrarse de que el gatito tiene un hogar de paso? Va más allá de si quería tener un gato en casa o no, o de si soy lo suficientemente capaz como para cuidarlo.
─Bien...
Ambas nos quedamos en silencio y no sé, se siente extraño como no logro sentirme tan cómoda con ella, no como antes.
Es como si la amistad que teníamos, la cual era de todo menos una amistad, se estuviera esfumando frente a nosotras.
Pero entonces, para mi gran sorpresa, ella deja ir toda esa tensión y es amable preguntándome qué tal estuvo mi primer bloque de clases.
