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Kai estaba demasiado conmocionado como para decir algo. Se había quedado inmóvil. Conocía esa voz. Conocía alguna leyenda o... o algo, pero aquella cosa no era algo nuevo.

El agarre de Lloyd flaqueó. Su cuerpo entero se desplomó hacia atrás y Kai logró sostenerlo por la espalda antes de que cayera a la lava. Por un momento, la imagen de la energía magenta desapareció, pero se restauró cuando Kai atrapó al niño. Era Lloyd quien le permitía ver a la criatura. Tal vez eso le estaba consumiendo energía: los poderes elementales eran, sí, útiles -y sobre todo muy cool-, pero también eran un rollo. A Kai todavía no le cabía la idea de que Lloyd estuviera utilizando algún tipo de energía elemental.

Volteó a ver a la criatura y frunció el cejo. Luego observó a Lloyd, quien finalmente comenzaba a sudar. Tenía los ojos casi cerrados y comenzaba a relajar los músculos de su rostro, como si estuviera empezando a dormirse, pero parecía estar esforzándose por no caer.

-Estoy bien -dijo, bostezando. Su voz ya no sonaba temblorosa, sino cansada.

Kai le sonrió, aliviado de que ya lo hubiera reconocido. Lo sostuvo de debajo de los hombros y lo apoyó contra su cuerpo. Si lo cargaba habría mucho peso en un sólo punto del débil pedazo que los mantenía a flote por encima de un lago repleto de lava, y temía que se partiera. Si no distribuía el peso, entonces se ladearía.

Kai fingió valentía para dirigirse a su nuevo enemigo.

-¿Quién eres tú? -preguntó simplemente. Estaba cansado de tratar de adivinar.

-Oh, ya nos conocíamos -la esfera se expandía a cada palabra y luego volvía a su enorme estado normal-. Tal vez me recuerdes más en esta forma.

La criatura comenzó a derramar su energía magenta en una parte sólida de la lava. Cayeron gotas, una por una, en la superficie, acumulándose y formando un objeto alargado aun más alto que Kai: una imagen humanoide iba tomando forma.

Finalmente su piel apareció, seguida de la ropa y, finalmente, un rostro. Kai lo miró con horror. Era el señor Hocksman, a tan sólo unos metros de ellos.

Kai pronunció su nombre en voz alta con un escalofrío.

Lloyd se sostuvo de pie, tratando de no apoyarse demasiado en Kai. Llevó una mano a su espalda y la en la sudadera que Kai llevaba amarrada en la cintura, buscando su bolsillo. Cuando lo encontró, metió la mano en él. Había observado durante mucho tiempo los hábitos de los ninjas, y conocía uno de Kai que servía ahora: cuando salía a una misión apresurado, dejaba su comunicador en la mesa del comedor. Entonces Nya o Zane se lo recordaban y Kai lo guardaba sin preocupación en el primer bolsillo que encontraba. Si tenía suerte, aquello había ocurrido ese día.

Kai se dio cuenta de que Lloyd había tomado su comunicador, captando sus intenciones de inmediato. Levantó tres dedos; luego los bajó y alzó dos. Lloyd le entendió: había tres botones, y el de emergencia era el segundo.

Kai trató de entretener al villano haciéndole preguntas cuyas respuestas ya sabía, como: «¿Es usted el de la tienda o el del orfanato?» y «¿Por qué era una esfera rosa?» (Esto último no lo sabía, pero funcionaba para distraerlo). En lo que lo hacía, Lloyd deslizó el comunicador por detrás de sí. Sintió con los dedos los botones hasta dar con el de en medio.

Entonces lo oprimió. No sucedió nada. Esperaba que fuese alguna alarma súper sónica que hasta los ninjas pudieran escuchar, pero se llevó una gran decepción.

Kai seguía entreteniendo a Hocksman. El hombre, nuevamente en esa forma, estaba demasiado concentrado en el ninja como para hacerle caso a otra cosa.

-¿Entonces usted es algo así como uno de los Pokémon que salieron en la peli o algo así? -dijo Kai.

El señor Hocksman gritó, exasperado, e hizo un gesto de desesperación con la mano.

-¡¡NO!! -rugió.

Lloyd rió. Él mismo se espantó al oír su risa. Se preguntaba cuánto había pasado desde la última vez que se había reído.

-Tienes el don, Kai -rió Lloyd.

Kai sonrió.

-¿Cuál don?

-Luego te explico.

-¡Ah, ustedes dos son iguales! -exclamó Hocksman-. He tenido mucha paciencia, ¡sobre todo contigo! -señaló a Lloyd-. He dicho que me gustaban los retos, pero esto ha llegado demasiado lejos.

El señor Hocksman comenzaba a acercarse. Lloyd dejó de sonreír y trató de retroceder, pero el espacio era demasiado reducido como para hacerlo.

-Ah, los poderes elementales son caprichosos -dijo el villano-. Demasiado, para mi gusto. He nacido de la materia oscura, de aquello que todos sus antepasados desecharon. Puedo copiar formas, tengo la inteligencia suficiente para gobernar el mundo. Lamentablemente, en estos tiempos el cerebro ya no les importa tanto. Ya no lo usan. Así pues, lo único -hizo énfasis en la palabra y un gesto con la mano-, lo único que necesito es una forma física con la cual desatar mi poder.

Lloyd inspiró hondo. Kai advirtió que sabía hacia dónde llevaba todo esto.

-Su maestro ha luchado duro por entrenarlos a ustedes los ninjas -Hocksman suspiró y se detuvo dos metros enfrente de ellos-. No entiendo por qué. Son jóvenes, inmaduros y su poder depende totalmente de sus preciadas Armas Doradas. No puedo decir que el hijo de Lord Garmadon sea mejor que ustedes. Tiende a huir, pero lo he educado bien. Es más capaz de lo que otros piensan, incluyéndote, Smith. ¿Y sabes por qué?, porque no piensa en nadie más que en sí mismo. No piensa las consecuencias de sus actos en otras personas, sabe cuándo hay que ceder, y su cuerpo alberga la cantidad suficiente de poder como para no morir con el mío. Es por eso que lo he escogido, es por eso que lo he entrenado de manera ardua.

Kai lo interrumpió. No quería que siguiera. No quería pensar siquiera que Lloyd era todo lo que Hocksman había descrito.

-¿Y por qué no usa ese cuerpo? -Kai lo señaló con la cabeza con desdén.

-Oh, ¿este? Era un hombre cualquiera. Vendedor ambulante. No tenía familia, nadie lo conocía. Si uso mis poderes en esto, ¿qué crees que pasaría? Era sólo un débil mortal.

-¿Entonces ha estado usando el cuerpo de alguien como un traje?

A Kai se le revolvió el estómago. Sintió un nudo de ira en su garganta.

-¿Te preocupa que sufra? Pff, el hombre murió hace años.

Lloyd apretó con fuerza su capa y se cubrió.

Kai dijo entre dientes.

-Usted es un monstruo.

Hocksman tuvo el valor de repírse.

-Dime algo nuevo. Lo que a continuación haré será usarte a ti -señaló a Kai- como muñeco de prueba. Veamos qué tan bien luchas y qué tanto resistes ante el chico. En cuanto a ti -miró a Lloyd-, veré si nuestro entrenamiento ha sido suficiente. Ha llegado el momento de mostrar el resultado final.

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora