La Hermana de Buzz || El Teléfono Negro

Capítulo 36

Estaba acostada sobre las piernas de Robin, el acariciaba mi cabello mientras cerraba los ojos, ambos estábamos muy débiles por la falta de comida, el hambre nos estaba matando

-Robin -dije llamando su atención

-Que pasa Ash -abrió los ojos y sonrió

-Cuando nos larguemos de este pueblo, podemos ir a un parque de diversiones -pregunte cerrando los ojos

-Un parque de diversiones -levanto una ceja y tomo mi mano

-Si -lo vi -Nunca he ido a uno -hice un puchero haciéndolo reír

-Claro que si Ash -me dio un beso en la frente cuando la puerta se abrió

El raptor camino hacia nosotros sin decir una sola palabra se sentó en el colchón, nos vio a ambos y tocó el cabello de Robin

-Que lindo cabello -solo podíamos verle los ojos, pues su máscara cubría la mitad

-Tenemos hambre -dije llamando su atención -Estamos muy mal -tome su brazo el cual no dejaba de tocar el cabello de Robin

-Lo sé -entrelazo sus dedos -Pero no puedo traerles nada ahora -encogió sus hombros

-Max -susurre y el logro escucharme

-Si -tomo mi cara -Pero pronto se irá y podremos divertirnos -solto una carcajada y se levantó caminando hacia la puerta

Nos vio antes de cerrar la puerta, abrace el brazo de Robin mientras escondía mi cara entre su cuello, el acaricio mi cabello y me dio un beso en la frente

-Todo va a estar bien -susurro

-Tengo miedo -dije cerrando los ojos, sabía que en cualquier momento nos haría algo malo y no teníamos fuerzas para defendernos, su fuerza no podía compararse con la nuestra

Cada vez estaba mas harta de este lugar, no sé cuánto llevaba aquí y en algún momento me volvería loca por estar solo entre estás cuatro paredes, el teléfono sonaba todo el tiempo y estoy segura que tenía harto a Robin tanto como a mí

Después de unos minutos el raptor bajo con dos charolas, nos las dio y volvió a salir sin decir nada. Robin y yo comimos desesperadamente hasta terminar todo, siempre le daba las galletas que el raptor me daba a mi
Me volví a quedar en el colchón y Robin se puso de pie dando vueltas por todo el sótano, tomo el teléfono y golpeaba su mano con este

-Que haces -pregunte sentándome

-Puede servir como arma -lo levantó -Pero sería mejor si pesará más -volvió a dejarlo en su lugar y se acostó al lado de mi

Hice lo mismo y lo abrace quedando cara a cara, sonrió y me dio un beso en los labios, aunque ya no podía con esto y me estaba volviendo loca el era mi fuerza para seguir despierta, nos quedamos en silencio hasta que se hizo de noche
El raptor volvió a bajar de nuevo con dos charolas, salió y vi que dejó la puerta abierta, no le había puesto seguro. Terminamos de comer y pasaron unos minutos para que Robin se diera cuenta

-La puerta -se puso de pie

-No -me levanté y tome su mano, sabía el estaría arriba esperándonos -Es una trampa -me acerque a ella, era obvio que uno de los dos tenía que subir

-Como sabes -pregunto detrás de mi

-Solo lo sé -tome la puerta y la jale abriéndola, el teléfono comenzó a sonar de nuevo -Robin necesito que me hagas caso -tome sus brazos y lo lleve hacía atrás

-No voy a dejarte -advirtio pero negué

-Lo se -sonreí -Pero por favor, pase lo que pase, escuches lo que escuches, no subas -me puse de puntitas y le di un beso -Por favor, no quiero que te lastime -

-Ni yo a ti, no vas a subir -tomo mi mano

-Debo hacerlo o nos castigará a ambos-una lágrima rodó por mi cara y me aleje de él -No subas -sali del sótano cerrando la puerta

Con cada paso que daba se escuchaba el chillido de las escaleras, llegue a la puerta del sótano y al abrirla se encontraba el, en una silla sin camisa, solo con pantalón y en una mano tenía un cinturón

-Que traviesa -sonrío poniéndose de pie

En el pequeño mueble que estaba al lado había un plato, lo tome y se lo avente haciendo que este le pegará en el hombro, se quejo un momento y soltó una carcajada

-Niña estúpida -se acercó a mi y tomo mi cabello -A castigarte -no se de dónde pero me puso unas esposas y paso al lado de mi pare cerrar el sótano

Me arrastró hasta su habitación y me volteo haciendo que quedará encima del colchón, comenzó a pegarme con el cinturón y en cada golpe era imposible no gritar o llorar. Tomo una cinta y me la puso en la boca

-Eres muy escandalosa -dijo susurrando a mi oreja -Me gusta -volvio a separarse de mi y siguió golpeandome

Una y otra y otra vez, hasta que me volteo y se subió sobre mi, quito la parte de abajo de su máscara dejando la de arriba y empezó a darme besos por toda la cara, no podía hacer otra cosa más que lloras

El volvió a pegarme pero está vez sin el cinturón, los golpes eran a puño cerrado, sentía la sangre salir de mi nariz y mi vista se nublaba, tomo mi cuello asfixiandome y lo último que ví antes de desmayarme fue a el rompiendo mi blusa.