Cap. 6_ Déjame ayudarte

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Al amanecer del día preparo su equipo junto con bolsas para materiales, seria cansado pero tendría que recolectar grandes cantidades de hierva, setas azules y el material más importante, la miel. El calor sofocaba sus pulmones pero se empeño en su trabajo, zona por zona recolectaba los materiales que necesitaba junto con algunos otros, aquella búsqueda la llevo a la zona pantanosa

—Esto podría servir..—

—A si que estas ayudando al wyvern de fuego—

Mirra desenvaino rápidamente su arma al escuchar la voz ajena, miro a su alrededor pero no logro ver de donde pudo haber venido

—Veo que ignoras en que te estas metiendo—

Nuevamente la voz rasposa resonó lo suficiente para ubicarla, al alzar la vista a un arbol diviso a un ser de pequeña estatura cubierta por camuflaje así con una maru kasa cuyo velo cubría su cara, Mirra lo identifico inmediatamente, se trataba de un primer wyveriano, una raza de seres humanoides conocidos desde épocas ancestrales.

—¿Qué sabe de ese Rathalos?—

—Un mal de su pasado—

Cuando trato nuevamente de preguntar, aquella figura se escabullo entre las ramas hasta que la perdió de vista, los primeros wyverianos eran conocidos por ser misteriosos además de reservados, sin embargo eran montañas vivientes de conocimiento por sus largas esperanzas de vida.

—Un mal... —

A la mañana siguiente preparo su equipo de captura junto con algunas megapociones que había fabricado con los recursos obtenidos, sabia que no podría dormirlo constantemente así que debía aprovechar el momento para curarlo lo más que podía, una vez lista descendió con cuidado a la caverna

Apenas la vio se puso en guardia, aquello no le sorprendía ya que no confiaba en ella del todo, lo entendía ya que tampoco confiaba del todo en él

—Se que no te gusta la idea pero, necesito ver tu herida—

El Rathalos mantuvo su distancia gruñendo claramente no muy contento con la idea, ambos caminaron en círculos sin quitar la vista uno del otro, hasta que Mirra hizo el primer movimiento lanzando una bomba tranquilizante directamente a su cara, mientras el wyvern trataba de alejarse del humo ella ya estaba lanzando la siguiente, por suerte no tardo en sucumbir. El efecto no duraría tanto por lo que se puso a trabajar, vertiendo las mega pociones en la ala dañada mientras masajeaba el lugar, lo que era complicado por su tamaño pero termino justo a tiempo ya que empezaba a despertarse

—No fue tan malo ¿Verdad?—

Un breve siseo como respuesta, a pesar de su actitud se veía tranquilo, una sonrisa cruzo por sus labios al notar que hizo efecto reduciendo el dolor de la zona afectada, aquello seria un proceso que repetiría cada cuatro días.  

La segunda y la tercera vez fueron más complicadas ya que solía esquivar las bombas, por que se veía obligada a usar una trampa pero siempre la evadía, finalmente lograba dormirlo antes de quedarse sin bombas tranquilizantes, nuevamente vertió las pociones en la zona afectada masajeando para que la piel absorbiera el medicamento

Durante los días restantes el transporte de los kestodon se volvía más sencillo, de algún modo su cuerpo se fortalecía al hacer ejercicio constantemente, además conforme los días pasaban empezó a generar un pequeño habito, cada vez que alimentaba a su "compañero" ella aprovechaba para comer también sentada al borde del agujero, sin darse cuenta ambos compartían este extraño momento 

Mirra empezaba a acostumbrarse a la nueva rutina: levantarse, conseguir suministros, cazar, hora de comida, conseguir más suministros, cazar, hora de comida, mantenimiento de armas, dormir. Aun que esta vez en su cacería diaria vería más que los habituales kestodon, en el suelo se encontraban rastros de un monstruo desconocido

Tomo algunas muestras a sabiendas que poco serviría sin sus lazarillos, aun así esperaba no encontrarse sea lo sea que fuera. 

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—Es hora de tu medicina—

Mirra se preparaba para su habitual disputa antes de sedarlo recordando que se completarían cinco tratamientos contando la actual pero, esta vez seria diferente. El Rathalos gruño pero no mostro hostilidad simplemente se recostó a la vez extendía su ala, aquella acción la sorprendió aun a si debía aprovechar su cooperación antes de que se retractara, con cautela se acerco procurando no darle la espalda totalmente y suavemente vertió la poción mientras masajeaba la zona dañada notando que esta ya casi se había curado por completo

—Ya casi estas curado, no falta mucho para que seas libre nuevamente—

Sin darse cuenta había normalizado el hablarle, de algún modo podría jurar que él la entendía, tenía algunas teorías al respecto sobre si era un ejemplar con una mutación que le permitió mejorar su inteligencia hasta el de ser un Rathalos adiestrado en su juventud, sea lo que fuera agradecía que al menos pudiera intuir que no intentaba lastimarlo

Al mirar al wyvern noto que se había relajado al grado de cerrar los ojos aunque no estaba dormido, verlo desprotegido hizo que Mirra se acercara hasta su cabeza y al no ver indicios de hostilidad se aventuro a acariciarlo

Sus escamas eran conocidas por su dureza sin embargo aquellas que se encontraban en su cabeza eran más pequeñas y suaves, lo que al principio fue solo un pequeño toque se volvió una caricia en toda regla como si de un cachorrito se tratase aun que en este caso seria un cachorrito de 225 metros

"¿Acaso esta ronroneando? ¡Qué lindo!"

Era un sonido bajo y grave vagamente parecido a un ronroneo pero en todo caso lo era, al parecer disfrutaba de la sensación al grado de mover su cabeza más cerca de ella, nunca imagino estar en una situación, ni en sus mas locos sueños, pero se encontraba acariciando a un Rathalos

Una reina para el rey de los cielos (Monster Hunter)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz