Capítulo 19 |Intimidad

5.1K 113 21
                                    


Nueva portadaaaa!!!!

Ya puedes continuar...



    



Abrazo a Rainer intentando animarlo, al principio su cuerpo reacciona en defensa y me aleja; mas sin embargo, vuelvo a acercarme con éxito. Acaricio su cabello, le hago saber que estoy con él y que no me iré pues imagino que no debe ser fácil para él.

¿Existe un hombre peor que Richard Greenwood?

Dejo que mi novio saque todo lo que ha estado guardando estos años, porque esto somo fue la gota que derramó el vaso, ya que desde antes ellos venían trayendo problemas.

Acomodo mis piernas de forma en que él pueda recargar su cabeza sobre ellas y no mentiré, mi corazón siente un intenso ardor al verlo en ese estado. No es Rainer o tal vez por primera vez lo es.

—Necesito tomar una ducha. —Habla con palabras entrecortados. —Después llamaré a mis abogados y...

—Deja de pensar en tu alrededor y descansa por hoy. — Lo interrumpo. —Ve a ducharte, yo prepararé algo de cenar, ¿Se te apetece algo en especial?

Rezo porque no, ya es bien sabido que soy de las peores personas cocinando.

—Ni siquiera tengo hambre.

Suspiro.

—¿Te parece si pido pizza? —No responde. —Ordenaré tu favorita.

Con cuidado me deshago de Rainer y voy a la cocina. Busco entre los números de servicio a domicilio a los que Rainer frecuenta hasta que encuentro un restaurante de comida Italiana con el menú incluido. Llamo por tres ocasiones y una vez que responden ordeno una Chicago de peperoni, mozzarella y cheddar; otra de pan francés, orilla rellena de queso, peperoni y vegetales extra. Así como un pie de manzana; una pasta Gabbriello Ravioli; brochetas de carne, salsa de la casa y bolognesa; una porción de tiramisú; un gelatto de frambuesa y una porción de Panna cotta.

Mas que por Rainer, soy yo la que quiere degustar cada manjar que provee el restaurante.

Regreso a la habitación que yace vacía, camino lentamente al baño y abro la puerta medianamente solo una rendija por donde observo a Rainer. Está ahí, en la bañera sin moverse, rojo y con los ojos cerrados.

Entro, de inmediato sus ojos se abren y protesta exigiendo que me marche.

—Vete, estoy desnudo.—Refuta y rio.—Déjame solo, necesito estar solo.

—Rain. —Me acerco. —Yo no soy la enemiga y creo que ya conocemos mutuamente nuestros cuerpos.

Tomo asiento en el borde de la bañera.

—Quédate tranquilo, yo lo haré por ti. —Sonrío.

Enjuago la esponja antes de colocarle jabón.

—No estoy paralítico. — Toma la esponja de mis manos.

Vuelvo a quitársela. —Cállate y déjame intentar ser linda contigo.

Su cuerpo se relaja un poco.

Inicio empapando su cabeza con una esponja limpia, el agua resbala por mis músculos de su cuello y parte se queda en la fosa que crea el hundimiento en su clavícula. Friego su cuello con cuidado de no rasparlo aunque es difícil debido a el poco uso que tiene la esponja.

—Richard no siempre fue así o no que yo lo recuerde. — coloco shampoo en su cabeza. —él me amaba o eso quería creer yo. Sí, cometí errores en la adolescencia pero se supone que tenía que cometerlos para ser quien soy hoy; sin embargo a él no le importó mi edad, siempre quiso que yo fuera su hijo perfecto ya que no pudo domar a Regan. Perdimos diez millones de libras en una inversión con una empresa fantasma.

Sin sentimientos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora