"¿creíste que después de muertos dejaríamos de amarnos? gran imbécil."
donde gracias a una paliza a un chico, Vance "conoce" a Rose.
donde un amor fue tan efímero como doloroso.
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— ¡De ninguna manera permitiré que seas pareja de ese maldito delincuente!
— ¡Que sea la última vez que le dices de esa manera a mi novio! ¡Y no te estoy pidiendo permiso para nada!
Los gritos eran escuchados por toda la extensa casa, por lo que Rose agradecía profundamente que Will no estuviera allí.
Vió como Anna se acercaba abruptamente a ella, sin embargo, se mantuvo firme.
— ¡¿Qué demonios te sucede?! ¡Ya no escuchas a nadie! ¡Actuas como una maldita imprudente!
— ¡Imprudentes son tus acciones! ¡¿Quién mierda crees que eres para intentar decirme que hacer?! ¡No actuaste como mi tutora legal antes, no intentes hacerlo ahora!
— ¡Solo escuchate! Durante los últimos meses en los que pasaste tanto tiempo con ese maldito agresivo cambiaste totalmente, ¡Solo mirate! ¡No dejas que te diga ni el más mínimo consejo!
— ¡No pienso aceptar consejos de alguien como tú! ¡Y deja de insultar a Vance, maldita sea! Y hablando de eso, todo el tiempo que pasé junto a él fue el mejor que tuve después de tanto tiempo, y, ¡Oh, sorpresa! ¡Te enteras tú e intentas arruinarlo todo!
— ¡Te estoy protegiendo!
— ¡Me intentas aislar del mundo!
— ¡Te intento cuidar de las malas influencias que hay allá afuera, ¿Y así me tratas?!
— ¡La única mala influencia en mi vida eres tú, psiquiátrica de mierda! — Cualquier tipo de grito de la menor fue callado por una cachetada directo a su mejilla.
Justo en ese momento, todo quedó en silencio. Justo en ese momento, Rose ya no tiene razones para seguir ahí. Justo en ese momento, todo llegó a una conclusión.
El rostro de Rose se mantuvo neutral, lo que cambio ciertamente fue el brillo en sus ojos y lo que transmitían los mismos. — Alejate.
— Rose-
— No, alejate, alejate o no seré lo suficientemente fuerte para controlarme.
La chica retrocedió mientras la mujer permaneció en la misma posición, cada quien con sus pensamientos, pero era notorio lo lejos que estaban de comprenderse.
Rose paseó sus ojos por el panorama, mandando a la mierda todo y sabiendo que era hora de irse. Se dió la vuelta y a los primeros pasos escuchó otra vez gritos. — ¡Rose! ¿A dónde vas?
