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Narrador

Lauren jáuregui tenía 27 años, su trabajó cómo programadora de sofware le daba una vida quizá no de lujos pero sí vivía muy bien.

Dueña de su propio departamento, tenía un buen vehículo, podía ir a comer a cualquier lugar que se le antojara ah y tenía a Cleo, su cachorrita bulldog francés.

Era su única compañía día a día.

Lauren tenía un enorme compromiso con su salud física, de adolescente y sus años de juventud padecío obesidad así que ahora que había entrado en el mundo fitnes, no podía dejar de entrenar, de comer sano y cuidarse así que entrenaba 6 aveces 7 días a la semana 3 horas al menos.

Y Cleo siempre iba con ella. Gracias al cielo que el gimnasio era petfriendly. Dejó a cleo dónde siempre, el gimnasio tenía ventanales  por lo que tanto Lauren como cleo se veían constantemente.

Lauren se fue trasladando de un lugar a otro mientras se ejercitaba y después de unos 10 minutos regresó y sonrío al ver que había un niño pequeño jugando con cleo, le estaba habiendo cariños y cleo se sacudía feliz. De pronto Lauren escucho una voz, de una mujer y se giro a verla

-Máx! Deja ese perro te puede morder

Lauren ubico que aquella mujer joven era mamá del niño, salió del gimnasio para acercarse mientras escuchaba a la mujer explicarle al nene lo peligroso que era acercarse a un perrito desconocido

-Hola, se llama cleo y no muerde. - Lauren se agachó acariciando a Cleo - Pero tu mamá tiene razón, hay perros que si pueden morder si no te conocen. - Lauren levantó la cabeza, todo el tiempo estuvo inclinada qué ni vio la cara del niño ni de la mujer. Parpadeo al ver el rostro hermoso de aquella mujer, y era muy linda y joven. - Cómo te llamas, amigo?

-Máx

-Bueno, me llamo Lauren y esta es cleo.

Señaló Lauren haciendo tema

-Ella es mi mami camila y esa del cochecito es mi hermanita Lizzy! - Lauren miró a donde el niño señalaba. Había una nena de meses en el cochecito.

-Pues mucho gusto, si quieres puedes seguir jugando con cleo, si tu mamá te deja podemos soltar su collar y ella es muy obediente y tranquila

-Puedo mami? Puedo?

-Sí bebé pero por favor ten cuidado y no dejes que cleo salga del área

Lauren sonrío y desató a cleo.

-Bueno yo regresaré a entrenar. Hasta luego camila

-Sí. Adiós Lauren.

Lauren se dio la vuelta y regresó a entrenar. A ratos miraba a máx con cleo y se reía de cómo jugaban, cleo perseguía a máx y luego máx a cleo. Al día siguiente Lauren llegó a la misma hora encontrando a máx que ya las esperaba

-Cuántos años tienes? - Le preguntó Lauren al pequeño

-5 - señaló el con la mano.

Durante una semana Lauren continuó llegando a la misma hora. A las 10 am, usualmente entrenaba cuando el gimnasio estaba más vacío entre las 12 y 4 de la tarde.

Una tarde mientras estaba de compras en el centro comercial, aprovecho para comprarle juguetes a cleo y pensó en aquellos niños, fue al área de juguetes infantiles y tomó un spiderman de acción, el muñeco movía manos y piernas y además lanzaba telaraña. Era genial, para la niña consiguió un sonajero que además prendía luces de colores y sonidos de animales, musicales y recitaba números y las vocales.

Llegó al gimnasio y sonrío al ver a máx, sentado donde siempre

-Lauren! Cleo!! - grito emocionado mientras corría, abrazo a cleo y luego chocó su manito con la de Lauren.

Ojitos Lindos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora