extra | los frutos del parto

668 54 0
                                    

—¡Mierda!

Si Michael no hubiera estado tan preocupado por su esposa, se habría desmayado en el acto. Nunca antes había escuchado una maldición salir de los labios de Hetty, así que escucharla envió una sacudida a través de su cuerpo que le hizo darse cuenta de lo mala que era la situación.

—Duele —dijo Hetty, las lágrimas caían por su rostro mientras cerraba los ojos con fuerza para intentar bloquear el dolor—. Michael, ¡duele!

—Lo sé, pero lo estás haciendo muy bien —dijo Michael—. Solo tienes que seguir.

—No puedo, no puedo —dijo Hetty, apretando la mano de Michael.

Escucharla sufrir y saber que no podía hacer nada para detenerlo hizo que Michael quisiera llorar, pero sabía que tenía que ser fuerte por Hetty. Un año después de casarse en esa pequeña ceremonia, todavía estaban juntos en Estados Unidos. Hetty no había vuelto a Inglaterra desde el viaje espontáneo a través del océano, y estab feliz de quedarse con Michael.

Tres meses después de la boda, Hetty comenzó a sentirse mal. Los síntomas duraron más de lo esperado, por lo que fue al médico y descubrió que estaba embarazada. Fue un shock tanto para ella como para Michael, porque ninguno de ellos había hablado seriamente sobre tener hijos, pero ahora parecía que nunca tendrían la oportunidad, ya que se estaban preparando para tener un hijo.

Hetty estaba llorando, demasiado dolorida como para formar una oración mientras intentaba seguir las instrucciones de la enfermera—. Michael... no puedo hacerlo.

—Sí, puedes —dijo Michael, apartando el pelo de la frente de Hetty—. Eres fuerte y valiente, y ese bebé necesita que lo hagas porque quiere ver a su mamá y su papá.

Hetty asintió, y la enfermera dio la orden de un empujón final. Con un gritp de puro dolor, Hetty hizo un último esfuerzo antes de caer de espaldas a la cama. Michael permaneció a su lado mientras suaves llantos llenaban la habitación del hospital, y su corazón nunca había estado más lleno de orgullo y amor por la mujer que yacía en la cama del hospital a su lado.

—Felicitaciones, Sra. y Sr. Gray —dijo la enfermera, sosteniendo al bebé—. Tienen un hermoso hijo.

—Alfie —susurró Hetty.

—¿Qué? —preguntó Michael, mientras las enfermeras limpiaban al bebé.

—Alfie —dijo Hetty, las lágrimas aún caían por su rostro—. Por favor, ¿podemos llamarlo Alfie, Michael?

No habían hablado de nombres ya que no sabían si iban a tener un niño o niña, así que Michael asintió, sabiendo que el nombre del padre de Hetty era apropiado para su hijo. Sabía lo que se sentía perder a un padre y no le quitaría este momento a Hetty. Michael no era cercano a Alfie como Hetty lo era, pero considerando que fue ella quien sacó al bebé de su cuerpo, pensó que se merecía el derecho de nombrarlo.

Sonriendo, Michael besó la mano de Hetty—. Eso suena perfecto.

—Alfie Gray —dijo Hetty—. Tú... ¿crees que mi papá estaría orgulloso de mí?

—Claro que sí —dijo Michael.

—Yo también lo creo —dijo Hetty—. Pero también me lo imagino diciendo: "¿Por qué, mala palabra, llamaste al bebé Alfie?"

Michael se echó a reír cuando Hetty se negó a maldecir, y se inclincó hacia delante para besarla—. Creo que también diría eso.

—Sra. Gray, ¿le gustaría sostenerlo? —preguntó la enfermera.

Hetty asintió, la enfermera se adelantó con una manta y le permitio a Hetty agarrar a su bebé.

—¿Ya tienen un nombre?

Hetty miró a Michael, solo para estar segura, y cuando él asintió para tranquilziarla, supo que estaba escrito en piedra—. Sí. Creo que iremos por Alfie. Alfie Gray.

THE KIDS AREN'T ALRIGHT | Michael Gray ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora