WANNA BE YOURS 🚨 AU VEGASPETE.

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                                   (......)

El sonido de la cama rechinando se esparce por toda la habitación. El cuerpo que ahora se encontraba detrás mío me brindaba toda su calidez.

— Joder, estoy a punto de llegar.— Me dice con su voz ronca, podía sentir su agarre en mi cintura haciéndose cada vez más fuerte.

— Ahhh, yo también— Digo con la voz entre cortada.

Siento como las embestidas se hacen más rápidas y profundas, un gran placer se apodera de todo mi cuerpo y mi mente queda en blanco cuando ambos llegamos al orgasmo.

Nos dejamos caer en el colchón y por soslayo veo como se retira el condón para escharlo a la basura. Me sonríe y viene hacia mi para darme besos y mimos, así duramos un buen rato compartiendo el calor de nuestros cuerpos, hasta que recuerdo que se hace tarde y debo volver a casa.

— Vegas, ya es hora de irme— Mencionó sin ganas.

— ¿No puedes quedarte otro rato?— Pregunta mientras poco a poco va dejando besos por todo mi cuello.

— Ya es tarde, se supone que debía llegar con Chay saliendo de la universidad, Porsche va a matarme.— Arrugó mi frente por preocupación.

— Esos hermanos tuyos, te cuidan como si tuvieras trece— Su tono de voz es apagado.

— Me cuidan porque me quieren.— Sonrió y me apego más a Vegas en un abrazo pero en cuestión de segundos el se aleja para levantarse de la cama.

Yo solo me quedo observado como busca algo de su buró y me doy cuenta que es un cigarro cuando el olor de humo invade la habitación, sin embargo, no es precisamente olor a tabaco.

— Dijiste que lo dejarias— Exclame con un poco de enojo.

— Dije que lo intentaría, no que lo haría por completo.—

— En realidad es que cambias lo que dices a tu beneficio— Salgo de la cama y comienzo a vestirme, la habitación se queda en un silencio incómodo que es interrumpido cuando Vegas vuelve a hablar.

— Pete, te llevo a tu casa—  Me propone pero rápidamente niego con la cabeza.

— No, hoy es viernes y esta el puesto  de comida de Porsche y Kinn, que por cierto yo debería estar ayudando.

— Pero en lugar de eso estás aquí con el drogadicto que todos repudian.— Comenta afligido.

— Eso no es así— Niego lo que dice.

— Dices eso pero tenemos que esconder nuestra relación— Menciona con burla.

— Estuviste de acuerdo en que nuestra relación fuera secreta, dijiste que no querías que me dijeran nada malo en la universidad— murmuró con indignación.

— Si, pero no pensé que también quisieras ocultarme con tu familia— manifiesta su irritación.

— No es que quiera ocultarlo, pero sabes que mis hermanos son algo complicados, específicamente Porsche y Khun, ellos me ayudan a pagar la universidad y esperan que me gradué con honores, y si se enteran que...

— Que andas con el problemático y drogadicto, que va perdiendo casi todas sus materias y no vale la pena se desepcionarian de ti.— Asegura con tristeza mezclada con enojo.

Quiero negar todo lo que ha dicho sin embargo las palabras no salen y solo puedo decir un simple "Me voy"

Durante todo el trayecto hacia mi casa solo puedo sentir un enorme nudo en la garganta que me impide respirar y el sentimiento de tristeza me invade.

Había conocido a Vegas Theerapanyakul hace un año, fue en una fiesta de la universidad y personas en común nos presentaron, confieso que al principio me negue a entablar conversación alguna con el, ya que creía en todos los rumores que decían de el, que era una persona desagradable y despota, sobre todo un drogadicto sin futuro que solo jugaba sentimentalmente con las personas, un alcohólico problemático al cual no le importaba nada más que estar de fiesta con sus amigos, todo era mentira y lo había descubierto poco a poco.

Vegas comenzó a hablarme y aunque al principio no quería lentamente cedí, todo comenzó con una amistad en dónde pude percatarme de que todo lo que hacía solo era una máscara, no salía a fiestas muy seguido y cuando lo hacía era por sus amigos, las drogas y el alcohol no las consumía porque si, normalmente era porque le surgía un problema, claro que eso no era justificación, pero intentaba convencerme a mi mismo que tal vez era su manera de huir de la realidad.

Nuestra relación no era la más sana o la más estable, sabía que era un hilo algo sensible y que en cualquier momento unas tijeras afiladas nos cortarían por la mitadad separandonos, sin embargo quería hacerme el tonto fingiendo que éramos como cualquier otros novios y que algún día podríamos decirle a todo el mundo que estábamos en un relación.