—Ten, yo...
—No irás, ¿Verdad que no lo harás? —Chittaphon se acercó para abrazarlo con fuerza, sollozando en su pecho. —¿Te quedarás conmigo toda la tarde? Yo también me siento mal por tu culpa y no veo que hagas nada al respecto.
John alzó su mirada nuevamente, cruzándose con la de Doyoung. El chico pelinegro hizo una pequeña mueca de tristeza y se alzó de hombros, tal vez dándole a entender que tampoco tenía un consejo para la situación que acababa de ver.
—No iré, estaré toda la tarde contigo —aceptó, sintiendo como su corazón dolía. —Pero no le digas nada a mis padres, por favor, acaba de terminar mi castigo y no quiero quedarme sin mi teléfono de nuevo.
—Lo pensaré.
Su mente le gritaba que no debía de estar siendo tan sumiso con una persona a la cuál ni siquiera amaba y al mismo tiempo le decía que su corazón no tenía derecho de sentirse mal por la tristeza de Doyoung porque todo debía de ir enfocado a Chittaphon.
Pero su corazón lloraba desconsoladamente por la situación, quería salir de ese lugar, tanto de la relación como de su hogar, si es que podía llamarle hogar.
El ambiente se volvió incómodo, sin embargo, fue obligado a tomar asiento a un lado de su pareja en medio de la cafetería, siendo expuesto a una humillación aún mucho más grande. Deseaba llegar pronto a la comodidad de su habitación y llorar, pero tampoco tendría oportunidad de hacerlo porque debía de pasar la tarde con Chittaphon y esforzarse por hacerlo sentir mucho mejor si es que no quería problemas con sus padres el día siguiente.
Con una falsa sonrisa en su rostro, se dedicó todo el descanso simplemente a su novio y a tratar de mimarlo después de la gran vergüenza que pasó, como si eso fuese a borrar de la mente todo lo sucedido.
Algún día probablemente iba a explotar y no le gustaría a nadie.
Se iría de su hogar, dejaría a Chittaphon incluso si le gritaba que no lo hiciera y tomaría un vuelo a otro país sin avisarle a nadie, simplemente perdiéndose en la belleza de otras culturas, muy lejos de la toxicidad que lo asfixiaba día a día.
Era una persona un tanto soñadora, le gustaba perderse mucho tiempo en su imaginación y dibujar las cosas que se le venían a la mente en la parte trasera de su cuaderno, también le gustaban mucho las cosas con colores brillantes y los animales, en especial los osos porque eran muy tiernos para su vista.
No se le consideraba un hombre lo suficientemente varonil por sus gustos y lo delicado que podía comportarse en ciertas ocasiones, muchas veces Chittaphon le reprochó el hecho de no verse como el típico bad boy de película tóxica adolescente, incluso una vez se atrevió a insultarlo por hablar de las cosas que le gustaban.
¿Y qué tenía de malo que le gustara ver Winnie Pooh? Nadie podía tener algo en contra de Winnie Pooh, ¡Por favor! Era adorable.
Recuerda haberle contado a Doyoung sobre este hecho y lo mucho que se rieron ambos, el porque se estaba muriendo de nervios y su compañero porque creía que era muy tierno. Se sintió diferente el saber que por fin una persona creía que las cosas que le gustaban no le hacían parecer menos varonil.
Ni hablar de que su vida sexual hasta el momento era un asco. La vergüenza que le daba el tener que fingir estar bien con que Chittaphon dejase marcas en su cuello sobrepasaba los límites de lo que alguna vez pudo creer soportar.
La campana sonó, anunciando a todos que debían de regresar a sus clases lo más pronto posible, aquellos que casi corrían siempre eran los niños de primer grado.
Por su distracción, terminó chocando con un chico que al instante pudo reconocer gracias a su cabello. Iban en la misma clase, era el más inteligente de todo el curso y su padre casi lo tenía en un altar por sus altas calificaciones.
Su nombre era Kun y no era una persona tan mala, sin embargo, el chico parecía tenerle un odio desmedido por alguna extraña razón y John no podía evitar sentirse un poco celoso de el por todas las veces que su padre hacía tontas comparaciones.
"Kun tiene la nota máxima en matemáticas, ¿Y tú?"
"Kun ha sido seleccionado para participar en un concurso de literatura, si dejaras de perder el tiempo dibujando, podrías hacer lo mismo."
"El colegio le dará un reconocimiento a Kun por sus notas, ¿Para cuando el tuyo?"
Miles de comentarios de ese tipo era lo que escuchaba cada vez que su padre recordaba la existencia de su alumno estelar.
Obviamente estaría celoso, pero no por ello se iba a desquitar con una persona que no tenía nada que ver, se notaba desde lejos que Kun se esforzaba para mantener sus buenas notas y que le gustaba estudiar, mantener un órden en sus cuadernos.
Pero no lograba comprender porque el lo odiaba tanto como para mirarlo de una mala manera cada vez que se cruzaban.
—¿No miras lo suficiente como para saber que estoy pasando por aquí, Seo? —dijo Kun con agresividad, asustando un poco al más alto. —Fuera.
—Perdón, estaba distraído —se disculpó, recibiendo un pequeño empujón.
—He dicho fuera, no quiero verte hoy, estoy de mal humor.
Finalmente se fue y John respiró de nuevo con normalidad, siendo llevado a su salón de clases por su pareja. Por la forma en la que Chittaphon tomó su mano pudo deducir que de nuevo estaba celoso, probablemente pelearían en los pasillos antes de llegar a su clase.
Parecía ser un ciclo sin final del cual no había escapatoria posible, tal como la sobreprotección de sus padres, debía de aprender a sobrevivir con ello si es que quería un balance para su vida.
Era difícil existir.
🦋
Poco a poco va tomando ritmo, poco a poco 🤙
3. Intro: John.
Bắt đầu từ đầu
