3. Intro: John.

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John definitivamente estaba muy lejos de tener una vida perfecta o incluso tranquila.

Es hijo de el tutor de la clase C, debe de comportarse de una buena manera como se supone debería de portarse un chico con tan buena educación, no puede fallar una sola materia o distraerse un poco con cosas absurdas como lo son los videojuegos violentos.

Siempre fue de esa manera, sus padres lo sobreprotegen de una forma casi asfixiante, temiendo que algún día de estos le sucediera algo de lo que podrían arrepentirse. No podía salir sin enviar antes su ubicación a su madre, era mejor invitar a sus amigos a su casa porque así sus padres se sentían más seguros de su paradero, tenía prohibido los videojuegos que mostraran un poco de sangre al igual que los programas o musica violenta.

Le obligaban a estar con Chittaphon incluso si no lo amaba porque el era un buen chico y no podía simplemente dejarlo así. Su madre le prometió que solo era una mala racha y que aprendería amarlo eventualmente, como ella con su padre.

Sus ganas de morir podrían ser altas, sin embargo, ya se ha acostumbrado a esa vida donde debe de ser el títere de sus padres.

Lo único bueno es que tiene muchos amigos que le hacen reír en malos momentos, uno de ellos (y el más querido) es Doyoung.

Caminó en dirección a la cafetería después de haber estado conversando un rato con su amigo, iba sonriendo inconscientemente debido a la alegría de poder tener un pequeño momento de paz, sintiéndose un adolescente normal. Estar con Doyoung siempre le daba la energía suficiente como para encontrarse de buen humor todo el día, era una persona tan linda y se preocupaba por el, también le hacía bromas e incluso muchas veces le llevó dulces a escondidas, sabiendo de antemano que tenía prohibido consumir mucha azúcar.

Probablemente, si no estuviese obligado a seguir con su novio, habría tenido de pareja a alguien como Doyoung.

—John —llamó Chittaphon, claramente enojado.

Habría problemas, podía sentirlo.

Otra cosa que no le gustaba de su pareja eran los celos desmedidos que tenía, no podía conversar con otras personas sin que el creyera que lo estaba engañando y fuese corriendo con su suegra a llorar para que después lo regañaran. ¿Cómo podía escapar? Si todos estaban encima de él, vigilando cada uno de sus pasos.

—Hola —saludó John lo más amable posible, recibiendo una fuerte bofetada en medio de la cafetería.

Algunas personas se quedaron en silencio, otras siguieron con sus cosas. La vergüenza comenzó a aparecer en el rostro de John junto a la marca rojiza del golpe que acababa de recibir.

Quería llorar.

—Eres un idiota —Chittaphon lo miró con odio, haciéndolo sentir aún peor. —No puedes ir a ningún lado con ese tipo, te vas a quedar conmigo si no quieres que le diga a tu padre las cosas que estás haciendo... Descarado.

—No hice nada malo —susurró John, cerrando con fuerza los ojos cuando otro golpe se impactó contra su mejilla. —¡Ten! —gritó, ya harto de que lo estuviesen tratando mal. —Solo estaba conversando con mi amigo, se sentía mal y quería ayudarlo, no hay nada de malo en ello.

Rumores, podía sentirlos. En cualquier momento su padre se iba a enterar de que le había gritado a Ten en medio de la cafetería o peor aún, que lo habían descubierto siendo infiel cuando solo trataba de pasar un tiempo en santa paz.

—¿Cómo puedes hacerme esto? —dijo el más bajito con los ojos llorosos, John solo bajó la mirada por lo culpable que había comenzado a sentirse de la nada. —Yo siempre te trato bien y tu me gritas en medio de todos, prefieres pasar tus tardes con DongYoung que conmigo, yo soy tu novio, no el.

Class CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora