día 1: cita a ciegas

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pareja: draco malfoy + khiara white (loving you)

Khiara terminó de arreglarse mientras se miraba al espejo, tirando de la esquina de su falda plisada que con el mínimo movimiento se levantaba tanto como para verle el alma. Enfocó su vista al reflejo de su cara y con un ligero movimiento de mano lanzó un hechizo glamour, el único que utilizaba ya, sobre ella para esconder sus rasgos más inusuales. Normalmente la gente no tiene las pupilas rasgadas ni cortes en la cara más largos que sus dedos.

Salió del apartamento donde vivía alquilada, lo más lejos del mundo mágico que podía, y caminó las pocas calles que la separaban de su destino. Desde que había acabado la guerra había decidido no querer saber nada sobre la magia y se había negado a usarla para algo más que para cubrir sus cicatrices en públido. Le hubiese gustado tratarlas, pero las maldiciones no se pueden contrarrestar; además, la hacía recordar que no podía confíar en nadie porque todos acababan traicionándola.

Paró al llegar a su destino y suspiró, preguntándose mentalmente por qué había aceptado ir a ese sitio. No le gustaban las citas a ciegas, ni las citas en general. Iba a compararlos a todos con él, y no era justo para la pobre persona que le tocase. Ni siquiera sabía de qué iban a hablar.

Respiró hondo y abrió la puerta, fingiendo una sonrisa cuando el presentador del programa la vio entrar.

- Khiara, ¿verdad? Buenas noches, querida, soy Carlos. Bienvenida.

El hombre la abrazó sin que ella pudiese impedirlo y se quedó en modo tieso con los brazos a los lados durante los demasiado segundos que duró. Cuando se separaron él la tomó de la mano y la guió haciendo que diese una vuelta sobre ella misma, y ella se dejó llevar porque era más fácil que decidir hacer algo.

- No me extraña que el chico haya querido arreglar las cosas, qué bien...

Khiara cerró los ojos unos segundos pensando en la primera frase.

- ¿Cómo que "el chico"? ¿Qué chico? Creía que esto era una cita a ciegas.

Carlos rió y pasó un brazo sobre sus hombros despreocupadamente mientras caminaban hasta la barra, donde estaban el barman y un chico sentado de espaldas que le sonaba de algo.

- Normalmente sí, pero casualmente hoy tenemos una nueva edición, la de segundas oportunidades. Tu cita de hoy es alguien con el que estuviste y cometió el error de dejarlo; ahora está arrepentido y quiere arreglar las cosas.

No. No podía ser él. Era imposible. Él nunca se rebajaría a hacer algo así.

- Hola, Kai.

Tan imposible que era real.

Me negué a mirarlo y me di la vuelta, con la mano temblando sujetando la cinta de mi bolso.

- Me voy. No tiene ni puta gracia.

- ¿Estás segura de esto, Khiara? ¿Es lo que quieres?

- Venga, Kai... Sólo una cena, ¿vale? Sólo eso.

Suspiré y volví a girarse, esta vez mirándole por primera vez en demasiado tiempo. Y no estaba preparada, pero como en toda mi vida, me presionaban a estarlo.

Caminé hacia él y fruncí el ceño al estar delante suyo. Seguía siendo bastante más alto que yo, con el pelo rubio más largo de lo que recordaba y unas ojeras iguales a las que tenía en nuestro último año, aquel año que lo fastidió todo, que se le marcaban demasiado por su piel tan pálida.

Suspiré y me pasé un mechón del pelo detrás de la oreja, dejando ver un mechón de pelo blanco entre toda esa melena negra que me llegaba por arriba de los hombros.

flufftober 2022Where stories live. Discover now