03 Doncella

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Aviso
Un breve recordatorio que en éste fanfic Rashta no será la villana por lo menos aquí tendrá su final feliz, ella también merece una segunda oportunidad.
Menos heinley que lo odió.


Está mañana sovieshu tocó mí puerta y me pidió que desayunara con el, su actitud me dejó sorprendida pero acepté de todas formas ya que sería descortés rechazar su petición. Ambos desayunamos y cuando quise hablar sobre temas del imperio sovieshu me cortó alegando que en nuestros tiempos libres deberíamos hablar sobre nosotros y no del trabajo. Esto me dejó aún más sorprendida.

¿Qué le está pasando a sovieshu para que actúe de esa forma?, Durante todo el desayuno no dejaba de mirarme y decir lo hermosa que era, no es que me moleste, pero es un poco incómodo no estoy acostumbrada a este tipo de atenciones.

“te sientes bien.”pregunte.

“¿Porque lo preguntas?. Dijo mientras soltaba su tenedor.

“No sueles ser tan atento conmigo.” confesé.

“¿Tan mal esposo fui?.” dijo apenado. “Navier esperó que no sea demasiado tardé, pero intentemos ser un matrimonio de verdad apartir de ahora comamos juntos por lo menos 4 veces a la semana y nuestras horas libres la pasemos juntos.”

Sovieshu me tomó fuertemente de las manos cuando dejó escapar aquella declaración.

“Ultimamente.. nos hemos distanciado mucho, no quiero perder tu cariño, no quiero perderte.” Levanté mí mano para poder acariciar su rostro, pero las aparté dudando un poco, sovieshu al notarlo tomó mis ambas manos y las colocó en su rostro mientras depositaba algunos besos.

La risa de sovieshu se escuchó por los pasillos, el joven Emperador se encontraba acompañado de su esposa. Cuando los dos monarcas terminaron de desayunar, navier pensaba retirarse a sus aposentos, pero su esposo le pidió más bien le rogó que pasarán más tiempo juntos.
Ambos mantenían una agradable plática las mismas que solían tener cuando ambos eran príncipes herederos. Cómo sovieshu se encontraba de buen humor, navier vió en ello una oportunidad para averiguar si  su esposo realmente había conseguido una amante.

“Su majestad.” navier iba a decir algo más, pero el pelinegro la interrumpió.

“Sovieshu.” dijo el pelinegro.“ Quiero que me llames por mí nombre somos esposos no unos simples colegas de trabajo.”

“Sovieshu.. esa mujer que trajiste es tu amante?.”

“No, no lo es simplemente es una mujer que encontré en mí coto de caza estará en en el Palacio hasta que se recupere.”

Navier dudó por un momento, pero decidió creer en la palabra de sovieshu necesitaba creerle.

“Dentro de una semana será la fiesta de año nuevo.”

Ese sería el día en que sovieshu presentaría a rashta cómo su amante, pero eso ya no iba a ocurrir. En la mente del pelinegro cruzaban las maneras de poder quitarse a rashta de encima y no sólo a ella si no también al príncipe heinley y el duke kaufmen.
Varías ideas se cruzaron por su mente. Podría robar un brazalete de la emperatriz y culpar a la albina por ello, podría revelar que es una esclava fugitiva, pero necesitaría su documento de esclavitud para probarlo.

“Su majestad.”

Una familiar voz femenina resonó por los pasillos del Palacio, era lady rashta quien con mucha dificultad movió su silla de ruedas hasta estar en frente de ambos emperadores.

“su majestad rashta tenía muchas ganas de verlo.” Los ojos de rashta se iluminaron al ver a sovieshu, para la albina el pelinegro era su salvador.

“Oh ¿Quién es ella su majestad?”. pregunto rashta mientras se acercaba a navier con ojos llenos de curiosidad.

“Cariño.” Dijo sovieshu a la vez que tomaba a navier por la cintura y le depositaba un beso en su mejilla, el pelinegro quería dejarle bien claro a la albina que no tendría ninguna posiblidad con el. “Ella es la mujer que encontré en mí coto de caza estará en el Palacio hasta su recuperación”.

“Hasta que me recuper- majestad rashta no tiene a dónde ir, ¿Rashta se podría quedar cómo sirvienta su majestad?.” Sovieshu negó con la cabeza, ésto hizo que la albina se pusiera a llorar pues una vez su recuperación terminé volvería a estar sola.

“Lo siento rashta, tengo a mucha gente trabajando para mí no necesito otra sirvienta.”

Dijo sovieshu de manera brusca.

“Podrías ser mí doncella.” Dijo navier. Al escuchar esto rashta dejó de llorar y dedicó toda su atención en la rubia. “Hace poco una de mis doncellas renunció podrías tomar su lugar tendrías un sueldo y podrías quedarte.”




 Cisne Negro /Sovieshu x navier Where stories live. Discover now